La abogada querellante en delitos de lesa humanidad en Bahía Blanca, Mónica Fernández Avello, conversó con Juan Ignacio Guarino al aire de El Ágora en Radio Nacional en el marco de la Semana de la Memoria sobre el significado de este nuevo aniversario del último golpe de estado, el modelo político de la dictadura y su continuidad en democracia y en la actualidad, y los delitos sexuales de la dictadura y su incorporación como autónomos en el marco de los juicios que se llevan adelante contra los genocidas.
Luchas intergeneracionales
Ante la inminencia de un nuevo aniversario del golpe de estado que dio inicio a la dictadura más cruel de la historia argentina, la Dra. Fernández Avello celebró que las nuevas generaciones tomen las banderas de Memoria, Verdad y Justicia:
“A veces me emociona hasta las lágrimas de ver cómo van tomando en sus manos las generaciones que nos preceden a nosotros toda esta lucha”
El modelo de país de la dictadura
Además explicó que el proceso dictatorial trajo aparejado un modelo político: “ellos vinieron a implementar una política económica” y en ese contexto recordó que tuvo “un papel desde la sociedad civil, un papel desde la prensa y un papel desde la iglesia”
La abogada querellante además explicó que ese mismo modelo de país que la dictadura llevo adelante con violencia luego se ejerció a través de un gobierno democrático:
“Recordar que representó para el país, porque ahí empezó como la gran debacle argentina que después siguió con el gobierno de Menem, después siguió con el gobierno de Macri“.
“No hubo mujer que no haya pasado por algún tipo de abuso sexual”
Sobre el final de la entrevista surgió el tema sobre los delitos sexuales de la dictadura y en ese contexto Fernández Avello manifestó que todas las mujeres fueron víctimas de estos. Además se refirió a su incorporación como delitos autónomos en causas de lesa humanidad y contó que:
“En principio en casi todo el país, no solamente en Bahía Blanca, no se tomaron los delitos sexuales como delito autónomo, supuestamente cuando lo querías plantear decian que entraban en tormento”.
Remarcó la falta de perspectiva de género de los sectores del poder judicial, y explicó que “no tiene sentido” porque si la violación entra en tormentos “entonces tampoco existiria en el código penal como un delito autónomo” la violación.