La concejala de Unión por la Patria, Gisela Ghigliani, analizó el complejo escenario político tras las elecciones del 7 de septiembre en conversación con Juani Guarino en El Ágora 2025, ponderando la gestión municipal y provincial frente a las catástrofes y lanzó una dura crítica a la “nueva política” de los “gritos, los insultos y la parafernalia de memes”, a la que contrapuso la necesidad de revalorizar la palabra, el debate de ideas y los análisis profundos, lejos de los clichés.
Un resultado agridulce: el freno de la Provincia y la amargura local
Ghigliani comenzó describiendo el resultado electoral con una dualidad de sensaciones. Por un lado, “una alegría enorme” por la contundente victoria a nivel provincial, que, a su juicio, consolida el proyecto de Axel Kicillof.
“La provincia de Buenos Aires y la gestión del gobernador son un verdadero freno a estas políticas de destrucción del gobierno nacional”, afirmó, destacando la importancia de este respaldo en un contexto de ataque y una deuda de Nación con la provincia que supera los 12 billones de pesos.
Por otro lado, reconoció una “sensación de amargura en lo local”. Atribuyó la derrota en Bahía Blanca a un escenario difícil, marcado por el impacto emocional y material de la inundación.
“A todos los oficialismos que han tenido alguna catástrofe como la de la inundación no les ha ido bien”, contextualizó. Sin embargo, se mostró sorprendida de que el electorado no castigara el abandono del gobierno nacional, enumerando el veto a la ley de emergencia, el recorte de fondos y las promesas incumplidas a los comerciantes.
Entre el dolor de la inundación y la “parafernalia de memes”
Para la concejala, la discusión electoral se vio opacada por una dinámica comunicacional que vacía de contenido el debate político. Criticó duramente la estrategia de La Libertad Avanza, a la que acusó de tener mayor habilidad para instalar temas nacionales y basar su discurso en la estridencia.
“Cuando vos le sacás los gritos, los insultos, la parafernalia de memes, de chistes, de videítos, no queda nada para discutir. (…) ¿Qué sustrato hay? ¿Qué discutir? ¿Cuál es la idea? No, la verdad que nada”.
Frente a ese vacío, contrapuso la gestión concreta.
“Pensaba que en 8 años se hicieron, no llegaron a 1000 cuadras de asfalto y en un año y un poco más se acaban 800 con tornado y con inundación”, ejemplificó, defendiendo las obras realizadas por el municipio en un contexto de doble catástrofe y abandono nacional.
La necesidad de un análisis profundo a nivel local
Ghigliani rechazó de plano las lecturas simplistas que suelen hacerse tras una derrota. “Yo reniego del análisis ‘a Bahía es gorila'”, sentenció.
En su lugar, abogó por “darse un espacio para seguir haciendo algún análisis” más profundo y complejo.
En esa línea, cuestionó el concepto de “la nueva política”, un cliché que, asegura, viene escuchando hace décadas. “A mí me pudría cuando yo era sub 30”, confesó.
Retirarse de la medicina, no de la política
Sobre el final de su mandato como concejala el próximo 10 de diciembre, Gisela Ghigliani compartió sus planes a futuro. “De médica ya me jubilé“, anunció, cerrando una etapa de más de 40 años de profesión.
Sin embargo, fue enfática en su continuidad en la militancia. “Lo que no voy a dejar es de hacer política”, afirmó. Aunque no descartó ocupar algún lugar en el futuro, se mostró tranquila y enfocada en los desafíos inmediatos, como la elección nacional del 26 de octubre, y en seguir aportando desde su espacio político. Con una humorada, resumió su energía: “Yo descanso diez días y ya está”.
