La agrupación Estudiantes Comprometidos fue electa como la nueva conducción del Centro de Estudiantes del Instituto Avanza, situado en la primera cuadra de calle Vieytes, en pleno microcentro bahiense. La agrupación independiente puso fin una larga hegemonía del Partido Obrero en la conducción desde hace más de una década (con la excepción de la elección 2012 cuando fueron superados por el Frente de Integración Estudiantil).
Con 333 votos de un total de 551 votantes, poco más del 60%, la agrupación independiente se impuso sobre las fracciones trotskistas del Partido Obrero (FUEL) y Partido de los Trabajadores Socialistas (Tesis XI), virtualmente empatadas con 106 y 104 respectivamente, aproximadamente 20% cada una.
El resultado expresa el desarrollo político del movimiento estudiantil bahiense, en un año que su protagonismo en la lucha por la defensa de la educación, la universidad y la ciencia, los puso de lleno en el mapa político bahiense como actores políticos, que no es lo mismo que partidarios.
En efecto, la toma de las EMUNS fue una caldera que permitió -por así decirlo- la fusión de muchas corrientes políticas que convergían en acciones de defensa de los derechos conquistados con las luchas del pasado y con una caracterización compartida de la marca Cambiemos como mascarón de proa de una embestida transnacional para imponer un programa económico, político y cultural de corte neoliberal, sin tener reparos a la hora de violentar el Estado de Derecho.
El resultado fue una movilización de más de 3.000 estudiantes y vecinxs de la ciudad, algo prácticamente impensado e imposible de realizar virtualmente cualquier espacio político local.
Sin lugar a dudas existieron importantes experiencias previas, como la organización, toma y defensa irrestricta del Sector Cultural del Parque Noroeste ante la intentona de un Secretario de Héctor Gay de instalar una chatarrera o la defensa, reivindicación y realización de los carnavales, de las murgas y de la cultura bahiense en general, con un Carnaval en Desguace que puso en pleno centro bahiense un festival autegestionado de primer nivel y alrededor de 4.500 asistentes, ante la negación de quien entonces estaba en funciones como titular del Instituto Cultural.
Sin embargo, el punto de quiebre fue la segunda toma, la del mismo Instituto Avanza, fogoneada por la prepotencia ideológica del Partido Obrero (PO) y el correctismo político inconsecuente del PTS y su bloqueo estético y discursivo en un antikirchnerismo de izquierda que poco se acompasa con la realidad que viven lxs estudiantes día a día.
La falta de consenso tanto dentro del estudiantado del Instituto como del resto del espectro estudiantil bahiense, junto con la carencia de una estrategia política (una serie de pasos determinados en un sentido y hacia ciertos objetivos concretos) fueron condicionantes a la hora de generar un efecto político más que un acto simbólico.
Sin embargo, el punto sin retorno se dio con las acusaciones de violencia de género para con 4 activistas del PO, que finalmente fueron expulsados de la toma, en tanto la Comisión de Género lo consideró pertinente en base a repetidos actos de violencia psicológica antes y durante la toma tras el reclamo sucesivo del Cehum, la FES, la Coordinadora de Escuelas de Artes, entre otras.
El movimiento estudiantil bahiense ha encontrado una oportunidad histórica a través de estas luchas en defensa de lo propio y del porvenir, que se vienen desarrollando con mayor intensidad desde la llegada de Mauricio Macri al poder. La organización juvenil en general y estudiantil en particular ha logrado una incidencia política superior a la de los años anteriores y lo ha hecho con fuerza propia y a través de la organización independiente de los partidos políticos.
La experiencia de las agrupaciones políticas independientes, en los hechos y no en los dichos, esta marcada por el trabajo en conjunto y su carácter como caracter preponderante y excluyente de los vicios de la vieja política. En la experiencia de los autoconvocadxs e independientes trabajan codo a codo sin importar las identidades partidarias, con la clara convicción de que la unidad se construye al darle contenido a los hechos, algo de lo que muy bien podrían aprender