Javier Milei y su mesa chica vació de poder a Victoria Villarruel, quien no tiene influencia alguna en la conformación del gabinete. Además, la vicepresidenta electa podría perder dos secretarías clave del Senado que la dejarían como una figura decorativa.
Clave en la campaña, la figura de Villarruel se desinfló con el pasar de los días tras la victoria de La Libertad Avanza (LLA) en el ballotage. La abogada aspiraba con ser quien designe figuras centrales del gabinete libertario, especialmente decidiendo a los titulares de Seguridad, Defensa y Justicia.
Sin embargo, Milei se resistió a entregarle ese poder, y designó todas figuras extrapartidarias por decisión propia. A Justicia irá Mariano Cúneo Libarona, la referente del PRO Patricia Bullrich a Seguridad y el radical bullrichista Luis Petri a Defensa.
El corrimiento de Villarruel del centro de la escena tuvo que ver con el ascenso, en simultáneo, de dos hombres de confianza para Milei: Santiago Caputo y Nicolás Posse. Dentro de LLA hay una orden, implícita, de evitar a Villarruel todo lo que se pueda, en buena parte para no quedar pegados a su discurso duro, apologista del genocidio de la última dictadura cívico-militar.
Además, en el entorno de Milei creció la desconfianza hacia Villarruel cuando a pocos días del ballotage la compañera de fórmula insinuó cierta independencia y estrenó sello propio, amenazando así con romper la lealtad al líder libertario.
Pintada en el Senado
Mientras pierde toda influencia en el Poder Ejecutivo entrante, el Congreso no asoma como un escenario más amigable para la vicepresidenta electa.
Los senadores radicales están indignados porque Villarruel se reunió con sus pares del peronismo y el macrismo, pero decidió ignorar a los legisladores de la UCR. Desde el partido centenario no ocultan su descontento con quien califican como “la más antirradical de los libertarios”.
La hostilidad llega a tal punto que los radicales no descartan confluir con el peronismo en la votación para elegir los encargados de las dos Secretarías que, en los hechos, concentran el poder de conducción del Senado.
Por estas horas corre la versión que la bancada peronista podría llegar a quedarse con la Secretaría Administrativa, mientras que los radicales apuntan a la Secretaría Parlamentaria.
Desde un puesto manejarían los recursos del Senado y desde el otro, el control de la sesión. Esto dejaría a Villarruel casi como una figura decorativa, sin resortes para incidir en la dinámica de la Cámara Alta.
La bancada de senadores radicales podría ser encabezada por el correntino Eduardo “Peteco” Vischi y ronda los 18 miembros, que sumados a los 40 que tiene el peronismo y sus aliados puede definir sin problemas los cargos del Senado. En este punto cabe recordar que los libertarios apenas tienen 7 senadores.
Si bien la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció por Twitter que la presidencia provisional del Senado debería quedar para la fuerza oficialista, el senador José Mayans dijo que no compartía el criterio, y que sería legítimo que el peronismo reclame ese puesto clave, segundo en la línea sucesoria.
Milei ya eligió a Francisco Paoltroni, senador electo por Formosa, para la Presidencia Provisional del Senado. El miércoles, un día antes de la sesión preparatoria, se reunirá el bloque del Frente de Todos para discutir si apoyan al candidato del oficialismo o propondrán uno propio en función de que son la primera minoría.
Como fuere, aún con la presidencia provincial, si las oposiciones (radical y peronista) se hacen con el control de las secretarías Administrativa y Parlamentaria, Villarruel apenas tendría relevancia en el Senado en un hipotético escenario de empate en alguna votación.