La gobernadora María Eugenia Vidal se propone desdoblar las elecciones provinciales y adelantarlas para no compartir boleta con Mauricio Macri, ni competir contra el efecto arrastre de Cristina Fernández de Kirchner (quien mide entre 45 y 50 puntos en el Conurbano bonaerense), al tiempo que se enfrentaría a un peronismo desorganizado y sin un candidato instalado en los 135 distritos del territorio bonaerense.
En la vereda opuesta se encuentra el presidente Mauricio Macri y su Jefe de Gabinete Marcos Peña, quienes se oponen al desdoblamiento ya que debilitaría la aventura reeleccionaria de Macri y dejaría la puerta abierta para que Vidal “se corte sola” y haga la suya.
En este momento clave de tensión entre la Casa Rosada y la Gobernación más importante del país (en términos de electorado, extensión y PBI), María Eugenia Vidal le transmitió a varios intendentes, incluyendo algunos de la oposición una frase contundente y desafiante:
“Mauricio me pidió que juegue en 2015 en un territorio que nadie quería ir. Fui y gané, lo mismo sucedió en 2017, jugué y le gané a Cristina, por lo cual yo al presidente no le debo nada, ya pagué con creces”.
Además del argumento de que compartir boleta con Mauricio Macri sería como ponerse un salvavidas de plomo, especialmente en el Conurbano bonaerense, desde el círculo político de Vidal también señalan que competir contra una boleta encabezada por Cristina Fernández de Kirchner es un riesgo necesario de evitar.
Por su parte, los principales asesores políticos de Macri, Marcos Peña y Jaime Durán Barba, se oponen a la maniobra electoral de Vidal porque creen que significaría explicitar la debilidad del presidente y blanquear que ni las principales figuras de su propio partido lo ven como un candidato competitivo.
Además, repasan los números de las elecciones de 2017 cuando el candidato de María Eugenia Vidal pudo superar apenas por 4 puntos a Cristina, en parte gracias a los votos que se fugaron con la fallida candidatura de Florencio Randazzo.
Como si fuera poco, Vidal ya no está en su mejor momento luego de que saltara a luz la causa de los aportantes truchos y que comenzara el derrumbe económico del modelo macrista, que implico una devaluación del peso en un orden mayor al 100%, tarifazos en los servicios y el transporte, cierre sostenido de fábricas, quiebre masivo de empresas PyMEs y un aumento en el rubro alimenos que muchas veces duplica el de la inflación, la cual en 2018 fue récord.
“Nadie tiene asegurado el triunfo” señalan desde Casa Rosada, al tiempo que señalan que si la aventura electoral de Vidal fallara en Junio, la situación sería catastrófica, primero porque la gobernadora aún tendría que gobernar durante seis meses luego de la derrota, pero por sobre todo, porque sería el final de la ambición de Macri de volver a ser electo Presidente de la Nación Argentina.
Peña y Durán Barba intentan disuadir a la tropa de Cambiemos argumentando que la imagen de Macri dejó de caer después del G20 y que la mejoría económica llegaría durante el segundo semestre por lo que sería un “error táctico” adelantar las elecciones. Según el gurú político, los sondeos que ha realizado sugieren la conveniencia de que la dupla compartan boleta ya que de este modo se “potencian”.
La estrategia de Vidal llegó a oídos de Macri varios meses atrás y nunca fue del agrado del Presidente. Sin embargo, por recomendación de Durán Barba, dejó actuar a la gobernadora para que la oposición se dedicara a enfrentarla por esta cuestión y no tanto por el desastre económico que ya se estaba sucediendo.
La frase de María Eugenia Vidal sugiere que la gobernadora bonaerense estaría dispuesta a enfrentar al presidente. Resta ver cuál será la actitud de Macri, quien no sólo no dudó en fulminar las ambiciones de electorales de Michetti en 2015, ni de mandar al frente a su padre y a su hermano ante la justicia en la “causa fotocopias”.