El Gobierno está dispuesto a revertir la derrota electoral de las PASO a cualquier costo e imponerse en las elecciones legislativas. En ese marco, los principales accionistas del Frente de Todos rediseñan sus roles para la campaña de cara a los comicios generales.
Además de lo que se conoció en los últimos días sobre la nueva estrategia discursiva del oficialismo para mejorar su imagen ante el electorado hostil. Algunos elementos son más superficiales, como el cambio de nombre de la fuerza de gobierno, el Frente de Todos, que ahora será “Todos” a secas.
No obstante, el cambio fundamental tendrá que ver con la división de roles entre los principales referentes del espacio, con perfiles distintos para apelar a distintos segmentos del electorado.
Cristina Kirchner se ocupará del segundo cordón del conurbano, intentando captar el voto de la clase baja y el voto joven que no acompañó en las PASO. Por su parte, Alberto Fernández, tiene el rol de hacer apariciones de cercanía y mostrarse como alguien que escucha.
Por su parte, el encargado de recuperar los votos más ‘ortodoxos‘ que apoyaron al oficialismo en 2019 y hoy se dispersaron, será Sergio Massa, que trabaja con un mapa de circuitos electorales de la provincia de Buenos Aires para hacer campaña en territorio y dando un discurso con ideas más moderadas.
Finalmente, Axel Kicillof está encargado de visitar asiduamente el interior de la provincia de Buenos Aires, donde en septiembre el Frente de Todos perdió ampliamente contra sectores de Juntos por el Cambio, principalmente radicales.