En medio de la tercera ola de contagios de coronavirus en Argentina se está dando otra ola: la de las primeras dosis de la vacuna. En las últimas semanas casi un millón de personas iniciaron sus esquemas de vacunación. La gran mayoría son jóvenes. Entre las causas de este boom de inmunizaciones se cuentan un cambio de percepción, el miedo por el aumento de casos y la exigencia del pase sanitario.
Según la estadística del Ministerio de Salud, en las últimas ocho semanas, más de 900 mil personas mayores de 18 años se inocularon con una primera dosis contra la COVID-19.
El fenómeno responde a situaciones particulares y sus motivos son multicausales: una es la obligatoriedad de portar un pase sanitario.
Otra refiere a “un cambio en la percepción, veníamos de un período, en las últimas 20 semanas, de números en baja y una estabilización de los casos”, afirmó Juan Manuel Castelli, médico a cargo de la Subsecretaría de Estrategias Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación.
Esto cambió con la llegada de la variante Ómicron y su poder de contagio. Esta tercera ola “donde se mezcla Delta con Ómicron, está generando inquietud en quienes no se habían vacunado y se acercan por temor a ser alcanzados por el virus“, explica Gustavo Gret, infectólogo de un municipio del conurbano.
La liberación de los turnos de primera y segunda dosis, y del refuerzo en mayores de 60, de riesgo y personal de salud, en provincia de Buenos Aires es otro factor que influyó en este fenómeno, plantea Gret.
Se suma también la exigencia por cuestiones laborales ya que, en empresas privadas y reparticiones públicas se extiende la decisión de contar con trabajadores vacunados.
El funcionario admite, frente al avance generalizado de inicios del esquema en mayores de 18 años, que el “pase sanitario” es una motivación.
Desde el primero de enero rige el pase sanitario a nivel país. En provincia de Buenos Aires comenzó el 21 de diciembre, luego fue Salta y en Tucumán.
La decisión administrativa que porta “el pase” indica que se necesita para acciones como: viajes en grupos -egresados o jubilados-, para acceder a lugares cerrados como boliches o el shopping. Y para eventos masivos con más de mil personas.
“Primerizos hay un montón y las vacaciones ayudan, sin pase no pueden tomarse un colectivo, pero también influye el abrupto alza de casos”, afirma Paola Prieto Santillán, licenciada en enfermería y vacunadora de la Municipalidad de Quilmes. Se reactivó la vacunación “por miedo al contagio”, sostiene.
El avance de la campaña garantiza hoy en Argentina amplia cobertura.
“Tener el nivel de cobertura en 94,8 por ciento de la población estimada, mayor de 18 años, con su esquema iniciado -señala Castelli-, es un gran avance. Esto influye en la población total, ya que no están indicados los menores de tres años. Así, en el total país tenemos el 85,4 por ciento con primera dosis, y 73,5 por ciento con esquema avanzado, en mayores de 18 años”.
Los menores de 18 años comenzaron en agosto, y en octubre comenzaron los niños. “Así creció el impacto en la población total”, subraya el funcionario.
No obstante, Castelli reafirma la importancia de mantener las medidas de prevención: “A pesar de la vacunación, que previene la internación en la UTI y los cuadros complejos, hay que seguir con los recaudos: barbijos y distancia”, apunta Castelli. Y concluye: “esto habla muy bien de cómo, como país, entendemos de que se trata cuidarnos”.