La Cámara de Diputados convirtió en ley la Boleta Única de Papel con 143 votos afirmativos y 87 negativos, aceptando los cambios que había realizado el Senado, y está previsto que el sistema comience a utilizarse para elegir cargos nacionales a partir de las próximas elecciones.
Este martes 1 de octubre la Cámara de Diputados sancionó el proyecto de ley de Boleta Única de Papel con 143 votos afirmativos, 87 negativos y 5 abstenciones. El nuevo sistema comenzará a utilizarse a partir de las elecciones 2025 para votar cargos nacionales.
Los votos a favor provinieron de las bancadas de La Libertad Avanza, el PRO, la UCR, Encuentro Federal, Innovación Federal y la Coalición Cívica. Entre tanto, la mayoría de los rechazos correspondieron a Unión por la Patria, con la única excepción del jujeño Guillermo Snopek. Por su parte, los diputados del Frente de Izquierda decidieron abstenerse.
El nuevo sistema viene a reemplazar la tradicional boleta partidaria, y consiste en una boleta única en la que el elector deberá marcar los candidatos que desee elegir. Finalmente se eligió de referencia el modelo de Mendoza, donde los cargos se ubican en filas y las agrupaciones políticas a las que pertenecen se ordenan verticalmente en columnas.
En los últimos días las discusiones giraron en torno a la decisión de no incluir un casillero para votar la lista completa de un partido o alianza electoral. El cambio había sido introducido en el Senado de la Nación a partir de la presión de los partidos provinciales, que querían evitar el efecto arrastre que tienen las listas de espacios nacionales.
Sin embargo, esto generó molestias entre algunos miembros de la UCR y Encuentro Federal, que adelantaron durante la sesión que impulsarán un nuevo proyecto para incluir el casillero.
Aunque inicialmente el oficialismo se había plegado a la decisión del Senado, a medida que se acercaba la fecha para la votación, Martín Menem (Presidente de la Cámara de Diputados) y Guillermo Francos (Jefe de Gabinete) dieron a entender que no estaba todo dicho y abrieron la posibilidad de que se buscara reincorporar el punto en Diputados.
Ante esta situación, los legisladores que responden a los gobernadores Alberto Weretilneck, Rolando Figueroa, Gustavo Sáenz y Hugo Passalacqua amenazaron con quitarle su apoyo al oficialismo de cara, no solo a la ley de Boleta Única, sino también al presupuesto 2025.
Finalmente, los libertarios cedieron a la presión y en la reunión de labor parlamentaria del martes accedieron a votar el expediente con modificaciones, como había llegado desde la Cámara alta. De este modo, finalmente se sancionó el proyecto que tenía media sanción desde 8 de junio de 2022.
Boleta Única: Los provincialismos se plantaron ante el gobierno y lograron que elimine la opción de “lista completa”
Descontentos y ausencias
El descontento de los radicales se hizo patente durante la discusión en el recinto. Carla Carrizo cuestionó que no se incluyera el casillero y señaló que “hoy puede votar todo o puede cortar boleta. Ahora, cuando ingrese al cuarto oscuro va a tener una sola opción, va a tener que armar el rompecabezas. No está bien, le estamos dando menos, no más“.
“No es el diseño más feliz“, comentó, y lanzó: “Apenas se promulgue voy a presentar un proyecto para que volvamos al modelo que se aprobó en Diputados”. “En 2027, cuando elijamos presidente, vamos a tener un presidente y 257 partidos“, comentó.
Por su parte, la vicejefa del bloque, Karina Banfi, también expresó su malestar por la eliminación del casillero de lista completa, pero celebró la sanción: “Estamos cambiando solo una herramienta y tiene que tener la expresión del electorado”.
Las quejas provinieron mayoritariamente de los representantes de la UCR en Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires, aunque también hubo molestias de macristas y peronistas. Finalmente, la votación reflejó un apoyo mayoritario en favor del proyecto.
Sin embargo, cabe señalar que hubo 21 ausentes. Varios de ellos faltaron por su participación en el “Argentina Day” de Londres, en el que estuvieron los gobernadores Alfredo Cornejo, Raúl Jalil, Marcelo Orrego, Carlos Sadir y el salteño Sáenz.
Con esta excusa, los catamarqueños Fernanda Ávila, Dante López Rodríguez y Sebastián Nóblega decidieron faltar. Sin embargo, Silvana Ginocchio (esposa de Jalil) sí estuvo presente y votó en línea con su bancada.
En cuanto a Snopek, que voto a contramano del resto del bloque peronista, desde su entorno comentaron que “está convencido de que es un instrumento para acercar a los jóvenes y que miren al votar“.
el diputado Eduardo Valdés (Unión por la Patria) advirtió sobre el impacto fiscal del nuevo sistema. “Cuesta el quíntuple de lo que cuesta el sistema actual“, señaló, y remarcó que el sistema actual “funciona. No hay denuncias serias de fraude desde 1983 a la fecha“.
“Lo que funciona bien lo estamos queriendo cambiar por una tilinguería. Esto no es una demanda ciudadana, como sí lo son las jubilaciones dignas, los salarios, la educación pública”, completó.
Entre tanto, Victoria Tolosa Paz (Unión por la Patria) advirtió sobre la “complejidad en el escrutinio”. Además, argumentó:
“¿La gente va a tardar menos en votar con este sistema? No. ¿Va a poder elegir mejor la preferencia de sus candidatos y su preferencia partidaria? No. ¿Hay un beneficio en cuanto al costo de la emisión de esta boleta versus el costo del Estado nacional en la impresión de todas las boletas? No lo pueden fundamentar”.
¿De qué se trata la ley?
En las próximas elecciones los argentinos deberán elegir a sus candidatos a través de una boleta única de papel estructurada de manera similar a la actualmente utilizada en Mendoza. Es decir, con filas horizontales para las categorías a cargos electivos, y columnas verticales para cada una de las agrupaciones que compiten.
Cada tramo tendrá un casillero vacío, de modo que el elector deberá seleccionar a un candidato (o una lista) por categoría. Cabe señalar que, si se eligen dos o más casilleros de la misma categoría, el voto será nulo; y si no se marca ninguno, el voto será en blanco para dicha categoría.
En el caso de las agrupaciones que no presenten candidatos para determinados tramos, la boleta deberá aclararlo señalando en ese espacio: “No presenta candidato“.
En cuanto a los tramos legislativos, en el caso de los diputados solo se incluirán los primeros 5 candidatos de la lista y fotos a color de los primeros dos, aunque notablemente más pequeña que en la actualidad. Las categorías de senadores, presidente y vicepresidente también incluirán dos fotos.
La ley también aclara que las listas de candidatos deben estar impresas en forma de carteles en cada cabina de votación, y el orden de las coaliciones se definirá por sorteo. La Dirección Nacional Electoral (DINE) será la encargada de imprimir y distribuir las boletas.
El procedimiento de votación será similar al actual. El elector deberá ingresar al cuarto oscuro como es habitual, aunque en esta oportunidad deberá utilizar un lápiz o lapicera para elegir a sus candidatos. Luego deberá depositar la boleta en la urna correspondiente.
Cabe señalar que la ley de Boleta Única de Papel solo será utilizada para la elección de cargos nacionales, de modo que deberá convivir con los sistemas electorales propios de cada provincia.
En el caso de la Provincia de Buenos Aires, que utiliza las tradicionales boletas partidarias, se abre la posibilidad de desdoblar los comicios para evitar aumentar la complejidad del proceso electivo. Sin embargo, tampoco está descartado que se vote con los dos sistemas el mismo día.
La elección de los candidatos nacionales que se votan en territorio bonaerense, como los Diputados Nacionales, también tendrá un fuerte impacto por el nuevo sistema. La Provincia debe renovar 35 bancas en la cámara baja y solo se incluyen los primeros 5 nombres en la lista, por lo que 30 candidatos quedarían invisibilizados.
Cuando fue consultado semanas atrás sobre la posibilidad de aplicar el sistema en la provincia, el Gobernador Axel Kicillof manifestó que “sería impráctico, por no decir inaplicable”. “Si el año pasado -la boleta- medía un metro una sola, imagínate todas juntas”, agregó.