Salarios, dólar e inflación: Lo que dejó el programa de Milei y Caputo en 2024

Milei

Al cierre de 2024, el programa de Javier Milei y Luis Caputo implicó la pérdida del poder adquisitivo para los asalariados argentinos pese a la baja de la inflación y la estabilización del tipo de cambio, dos indicadores que podrían revertir sus tendencias en 2025.

La caída de la inflación, en contexto

El inicio de la gestión libertaria estuvo marcado por un pico inflacionario inicial que en el primer mes del Gobierno de Javier Milei alcanzó el 25,5% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre, un resultado que el oficialismo había intentado maquillar como positivo al compararlo con un supuesto 17.000% al que “viajaba” la inflación.

Cabe aclarar que la abultada cifra surge a partir de un cálculo anualizado del IPC mayorista de diciembre de 2023, pero que no es representativo a la hora de medir la inflación, pero que sirvió a Milei para justificar su programa económico en medio de la crisis.

Al comienzo de 2024, la cifra continuó por encima del 20%, aunque en febrero, a fuerza de un intenso proceso recesivo que implicó la caída de la actividad económica, se inició en febrero una reducción progresiva de la inflación, que se extendió hasta junio.

Así, en abril el indicador perforó el piso de las dos cifras y entre mayo y agosto se ubicó en torno al 4% mensual. Entre tanto, en septiembre alcanzó el 3,5%, en octubre el 2,7% y en noviembre un 2,4%. De esta forma, logró ponerse a niveles de julio de 2020.

Cabe aclarar que esta desaceleración se dio junto con un proceso de reacomodamiento de precios relativos. Con datos a noviembre, las tarifas de electricidad, gas y agua tuvieron un ajuste interanual de 276%, muy por encima del 166% de aumento promedio del IPC.

De cara a 2025, la consultora Invecq plantearon dos variables de cara a la evolución del índice. Por un lado, “lo que suceda con los servicios, que pueden ponerle un piso al proceso de desinflación”, y por otro, “la situación cambiaria“.

Según explicaron, “si se compara la estructura de precios relativos actual versus la del primer semestre de 2019, deja ver 4,6 puntos de inflación reprimida“. Por lo pronto, enero comienza con varios aumentos en los servicios.

Lo cierto es que INDEC aún no publicó los datos de inflación correspondientes a diciembre de 2024, aunque las primeras estimaciones privadas adelantan que estaría en torno a un 2,8%, un leve rebote con respecto al mes anterior, para cerrar con un acumulado anual de 118%.

Dólar: devaluación y ¿estabilización?

En cuanto al frente cambiario, Milei impulsó una brutal devaluación en cuanto llegó a Casa Rosada, con una subida del 118% en diciembre de 2023 en el valor de la divisa. Así, el precio pasó de 366 pesos a800 pesos de cara a 2024, para ubicarse en torno a los 1060 en la actualidad.

La lógica del oficialismo giró desde entonces en torno a mantener el dólar barato (atándolo a un índice de aumento mensual del 2%) para utilizarlo como ancla de los precios y así alcanzar la estabilidad macroeconómica.

En este contexto, logró reducir la brecha cambiaria en parte gracias al dólar blend (que permite a los exportadores liquidar divisas un 20% al Contado Con Liquidación), que permitió contener dólares paralelos.

En conjunto, el Banco Central (comandado por Santiago Bausili) comenzó a quemar reservas para absorber los pesos que se emitían en la compra de moneda extranjera durante cada rueda cambiara. Con este esquema, al que se sumó la inyección de dólares del blanqueo, el equipo de Luis Caputo logró manejar las expectativas.

Sin embargo, el sistema mostró señales de agotamiento sobre el final del año, con una nueva suba del dólar blue, que a fines de diciembre terminó en 1.210 pesos para la compra y 1.230 para la venta, así como un aceleramiento del uso de las reservas para contener la incipiente corrida cambiaria.

En la última ronda del año, el Banco Central sufrió una caída de las reservas en torno a los 1.917 millones de dólares, en una jornada donde la divisa operó al alza y la brecha cambiaria llegó a su máximo en las últimas 6 semanas.

De cara al inicio del año electoral, el Gobierno Nacional se enfrenta al desafío de sostener el tipo de cambio y garantizar la continuidad del crédito en un contexto en el que se tensionó la situación cambiaria.

Según la consultora LCG, “el desarme de posiciones en pesos tensionó el mercado de dólares financieros y, cuando esto ocurre (ya ocurrió a mediados de año), agrega presión al dólar comercial”. En ese sentido, hay “factores que podrían empujar la brecha para arriba“.

Respecto a si hay atraso cambiario, explica que el Tipo de Cambio Multilateral ya se ubica en niveles comparables con los de noviembre 2023 (y similares a los de diciembre 2015), “habiéndose consumido prácticamente toda la ganancia de competitividad precio ganada con la devaluación de un año atrás”.

En este marco, desde EpyCa consultores aseguran que Caputo “necesita conservar el cepo (que se va desregulando muy lentamente), el dólar blend a exportadores y el cobro de retenciones. En definitiva, necesita esos dólares y pesos para sostener el superávit fiscal y la estabilidad cambiaria”.

Sin embargo, en Equilibra plantean que “luce muy improbable que la economía pueda soportar un tipo de cambio real como al que vamos“, ya que de cara a 2025 “será históricamente muy bajo”.

Es que el peso ha tendido a apreciarse y el tipo de cambio real se va acercando a niveles como los que tenía a fines de 2017 o en etapa final de la Convertibilidad, es decir momentos que precedieron a una corrección.

“Con valores semejantes, la economía ha tenido déficits de cuenta corriente significativos en el pasado”, advirtieron, y agregaron que “las perspectivas de exportaciones de energía y minería son muy positivas, pero insuficientes“.

“En el mejor de los escenarios, estamos hablando de algo menos u$s35.000 millones anuales adicionales para 2030; menos de u$s700 de exportaciones per cápita”, concluyeron.

A esto se suma otro dato alarmante: la devaluación del real brasilero. Esto pone a la divisa de Brasil en una situación más competitiva e implica una pérdida de competitividad de las empresas argentinas, que se suma a otros problemas no solucionados por el Gobierno, como logística, impuestos, inestabilidad macroeconómica, entre otros.

Impacto del programa en la actividad económica y los salarios

En lo que respecta a la actividad económica, tras una brusca caída en el primer trimestre, el indicador mostró una leve recuperación, que solo se pudo observar en algunos rubros. Los principales sectores en apuntalar esta tendencia fueron el agro, la pesca y la minería, aunque el resto de los rubros promedian una caída anual del 5,1%.

Sin embargo, más allá de un alza incipiente, la construcción (-14,5%), el comercio (-2,1%), la industria (-2,3%) y la intermediación financiera vienen mostrando un saldo negativo, que se ve camuflado por el avance del campo, que acumula un crecimiento del 37%. Es que dicho rubro viene de enfrentar una fuerte sequía en 2023.

En un informe de balance del 2024, la consultora Invecq mostró que si bien “por un lado, la actividad económica culmina el año con una caída en torno al 3%”, que representa una contracción menor a la esperada, aún “persisten en la economía fuertes heterogeneidades sectoriales, expresadas en dos bloques”.

Por el momento, el último dato oficial del INDEC es el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de octubre, un indicador anticipatorio del comportamiento del PBI, que mostró una mejora de 0,6% mensual, con una caída de 0,7%, en la variación interanual.

La actividad industrial también culmina el año con una proyección negativa en torno al 10,3% a pesar del repunte de la segunda mitad del año. Sin embargo, las comparaciones interanuales muestran cómo mes a mes se produce una nueva caída con respecto a 2023.

Paradójicamente, el esquema cambiario del Gobierno Nacional viene siendo uno de los principales frenos para la economía.

En cuanto al empleo, a lo largo del 2024 se produjo un aumento del empleo privado no asalariado (es decir, independientes/monotributistas), mientras que se registró una caída de los asalariados privados. En otras palabras, se trató de una mayor precarización en el mercado laboral. 

Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), se perdieron 215.981 puestos de trabajo registrados en unidades productivas (-2,19%). “El sector de la Construcción es el más afectado en términos de pérdida de puestos de trabajo, con una disminución de 85.233 trabajadores. También es el más afectado en términos relativos (-17,9%)“, advirtieron.

Finalmente, con respecto a los salarios, la consultora de Esteban Domecq indicó que atraviesan un leve repunte, aunque heterogéneo. Aun así, cuando se los compara con los números de octubre de 2023, se puede observar una caída en términos reales del 2,7%. Los empleados públicos recibieron la peor parte del ajuste, con caídas del 18,6%.

Según Fundar, el sector más afectado fue el de los docentes universitarios. En medio del brutal ajuste al que Milei sometió a las universidades en 2024, este sector sufrió caídas del 36,3% en promedio.

Mencionadas en esta nota:

Las últimas noticias

Seguinos en redes

Offtopic: