¿Cómo pensarnos después de la cuarentena? Reflexiones en tiempos de Pandemia

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“Todavía tengo casi todos mis dientes
casi todos mis cabellos y poquísimas canas
puedo hacer y deshacer el amor
trepar una escalera de dos en dos
y correr cuarenta metros detrás del ómnibus
o sea que no debería sentirme viejo
pero el grave problema es que antes
no me fijaba en estos detalles.”

Poema Síndrome, de Mario Benedetti

 

En tiempos de coronavirus y a nivel mundial, la población de adultos mayores es considerada por la sociedad como de mayor vulnerabilidad, ya que debido al contagio de dicha infección, éstos podrían sufrir consecuencias más graves que el resto de los ciudadanes.

Ahora bien, en función de lo mencionado y respondiendo el momento actual, cabe destacar algunos interrogantes a tener en consideración: ¿acaso solamente dicho grupo es considerado vulnerable biológicamente o será cuestión de pensar que los adolescentes e infantes también lo son? ,¿o no será que dicha pandemia, también, afecta a varios aspectos de la vida?

O para expresarlo de otra manera, será que somos o nos sentimos vulnerables en éste tiempo actual que se atraviesa y que nos interpela desde todos y cada uno de los aspectos de la vida?,¿ cómo posicionarnos subjetivamente frente a la misma?,¿ es saludable exigirse cuando no hay una presencia corporal real? Y para ser más precisa: ¿ La pandemia traerá, a posteriori, consecuencias en el psiquismo? Son todos interrogantes a descifrar…

Para comenzar, es importante destacar que más allá de la biología, existen otros factores que hacen al devenir cotidiano y que son necesarios interiorizarlos social y subjetivamente para que la edad, desde una mirada biológica, no sea sólo un determinante a tener en cuenta.

Al indagar sobre la palabra salud, se piensa en la biología, pero ésta, no sólo no lo es sino que también es psíquica – social y para darle un marco teórico a dicha postura, es importante traer a colación la estrategia de atención primaria de la salud, la cual buscaba integrar acciones de promoción de salud y prevención de enfermedad, como así también la participación comunitaria bajo una perspectiva de derechos humanos.

Por tal motivo, es considerable destacar, que desde 1978, se otorga prioridad a dicha estrategia en la conferencia celebrada en Alma Ata para ampliar el modelo médico e incluir los factores sociales y demás.

Por el mismo camino, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la misma como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Y a la vez, enuncia que la salud mental forma parte integral de la vida cotidiana, y que está determinada por múltiples factores socioeconómicos, biológicos y medioambientales.

Haciendo hincapié, en considerar a la salud de manera interdisciplinaria, es necesario mencionar y subrayar que el momento actual atravesado no sólo afecta a la salud biológica sino a nivel del psiquismo, es decir, a nivel subjetivo, entendiéndose el término subjetivo como lo propio y profundo de cada individuo como ser único e irremplazable. Y es aquí, en dónde entra en juego las instancias de ausencia y presencia. Pensar, desde el atravesamiento de dicha pandemia, en que podemos seguir vinculándonos con un Otro presente y seguir funcionando “como si”, resulta llamativo. La pandemia nos plantea recrearnos y repensarnos constantemente.

Es por esto, que en ésta etapa, es común que surjan sentimientos tales como enojo, tristeza, incertidumbre, miedo, ansiedad y depresión ya que debido a la saturación de excesivas horas de trabajo en el hogar, la preocupación por la salud propia y ajena, la pérdida de seres queridos, las dificultades económicas, la sobrecarga de información, los problemas en la conectividad para aquellas personas que no están habituadas a la comunidad virtual y fundamentalmente el aislamiento, acarrean malestares psicológicos que se traducen en el desarrollo vincular.

Es por lo tanto fundamental, enfocarse en el presente adquiriendo conductas de prevención, para no saturarnos con cuestiones que no hacen a la salud y que se resolverán cuando volvamos al mundo exterior. En éste punto es importante considerar el ser flexibles en todos los aspectos de nuestra vida, poder registrar la realidad actual, escuchar al Otro en su transcurrir, escucharnos sobre nuestros deseos, poder cuestionarnos sobre nuestro accionar y ante todo seguir generando vínculo intersubjetivo desde la palabra. Lo afectivo sana.

Para poder pensarnos después de la cuarenta, es necesario empezar a pensarnos en el mientras tanto para estar y volver fortalecidos y resilientes. Es necesario fortalecer nuestros lazos afectivos y prestarle atención a todo aquello que nos conecta con el deseo, para así, seguir trabajando en red social.
Creo que éste es nuestro desafío…

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