El modo tiránico en el que Javier Milei ejerce su gobierno sumado al carácter unitario y antipopular de sus políticas públicas desató la rebelión de los gobernadores. El gobierno nacional entra en un punto en el que parece difícil el retorno a la normalidad institucional.
La relación entre Milei y los gobernadores ya transitaba una alta cuota de tensión, luego de que el oficialismo enviara el proyecto de Ley Ómnibus a comisión. Fue entonces que el presidente respondió manifestando que se vendría un ajuste aún mayor para las provincias.
Justamente allí fue que decidió eliminar los subsidios al transporte público en el interior, pero esta semana la Provincia de Chubut logró frenar la quita, algo que enfureció al mandatario nacional.
Fuera de sí y de toda legalidad, Milei frenó los pagos por coparticipación federal a la provincia patagónica. La respuesta del gobernador Ignacio Torres (PRO) fue denunciar el “manotazo” a unos 13.500 millones de pesos que debían transferirse de manera automática, detallando que se trataba de “más de un tercio de nuestra coparticipación mensual”.
Además, adelantó que en caso de no regularizarse la situación frenaría la entrega de petróleo y gas a la Nación.
Como si fuera poco, los gobernadores patagónicos rápidamente respaldaron a Chubut con un documento titulado “Las provincias unidas del Sur”.
“Las provincias son preexistentes a la Nación y merecen respeto. Nadie puede someterlas ni extorsionarlas con amenazas de restricción de fondos públicos que les pertenecen por derecho propio. Los gobernadores no son empleados del Poder Ejecutivo Nacional ni están sujetos a órdenes. Sus mandatos surgen del pueblo de sus provincias y tienen la obligación de defender sus intereses”, expresaron en el comunicado.
“No aceptamos patrones de estancia ni el unitarismo de quienes se creen que van a poder pisotear a las provincias”, dijeron los gobernadores Alberto Weretilneck (Río Negro), Claudio Vidal (Santa Fe), Rolando Figueroa (Neuquén), Sergio Zilliotto (La Pampa) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).
“Quitarle a una provincia más de un tercio de su coparticipación es una acción criminalque persigue el objetivo deliberado de hacer sufrir a sus habitantes para de este modoforzar a su gobierno a adoptar determinadas decisiones políticas” agregan.
Sin embargo, ante esta situación, Milei no hizo más que echar más leña al fuego al acusar a Torres de extorsión a través de un comunicado de la Oficina del Presidente.
Allí repite el latiguillo de que “no hay plata” y que Milei fue electo por el pueblo argentino para “terminar con los privilegios de la casta”, pese a que la coparticipación federal no es un ingreso personal del gobernador, sino una fuente legítima y constitucional de financiamiento de las Provincias.
Como si fuera poco, amenazó al mandatario patagónico al expresar que “proceda con su amenaza de inmediato y hágase cargos de las consecuencias en la justicia”.
El propio Torres no se dejó amedrentar y en una entrevista para LN+, el canal que oficia como vocería presidencial, ratificó que no daría marcha atrás aunque le mandaran a la Gendarmería o lo metieran preso.
La situación escala en tiempo real este viernes por la noche, con el grueso de los gobernadores alineándose en defensa del federalismo y la constitución, dejando a Milei aún más aislado.
El presidente ingresa de este modo en un punto del que parece no haber retorno. No obstante, se entrega una vez más a una noche de furia en Twitter X.
Desde allí redobló la apuesta y amenazó al gobernador:
HOLA NACHITO Y CÓMPLICES
Les paso algo del Código Penal.ARTICULO 194. – El que, sin crear una situación de peligro común, impidiere, estorbare o entorpeciere el normal funcionamiento de los transportes por tierra, agua o aire o los servicios públicos de comunicación, de…
— Javier Milei (@JMilei) February 24, 2024