Un hombre de la JP Morgan toma las riendas de las relaciones exteriores: ¿Quién es Pablo Quirno?

Pablo Quirno no tiene trayectoria en el cuerpo diplomático, pero sí tiene un frondoso historial en el mundo de las finanzas, marcado por casi 2 décadas de trabajo dentro de la JP Morgan y un vínculo con la compañía que no solo persiste, sino que fue determinante para su nombramiento.

Recientemente el gobierno de Javier Milei anunció que Pablo Quirno asumirá como nuevo canciller en reemplazo de Gerardo Werthein, cuya renuncia se hará efectiva el lunes posterior a las elecciones. La designación refuerza el vínculo entre la Cancillería y el Ministerio de Economía, en línea con lo que el Gobierno define como una estrategia de apertura y enfoque promercado.

El nombramiento llega en un momento de estrecho alineamiento entre Argentina y Estados Unidos, marcado por la reciente visita del CEO de JP Morgan, Jamie Dimon, y otros ejecutivos del banco estadounidense; y el tutelaje encabezado por el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, sobre la economía local.

Quirno trabajó durante 17 años en JP Morgan, donde llegó a ocupar posiciones de dirección regional, y actualmente se desempeñaba como secretario de Finanzas bajo la conducción del ministro de Economía Luis Caputo, otro exempleado del banco (se trata de una característica común de todo el equipo económico de Milei).

La llegada de Quirno al Palacio San Martín se produce mientras Wall Street y el Tesoro de Estados Unidos negocian paquetes de asistencia financiera para Argentina que incluyen participación de capitales privados, y poco después de la firma de un swap con la potencia norteamericana para contener las tensiones económicas del gobierno.

Pablo Quirno: del JP Morgan al Gobierno Nacional

Licenciado en Ciencias Económicas por The Wharton School de la Universidad de Pensilvania, Quirno acumula más de tres décadas de experiencia en el sector financiero internacional.

Su carrera profesional se desarrolló principalmente en JP Morgan, donde trabajó hasta convertirse en director para América Latina con sede en Nueva York y miembro del Comité de Gerenciamiento Regional. Desde ese rol, asesoró a gobiernos y empresas en temas de fusiones y adquisiciones, reestructuraciones corporativas, privatizaciones y private equity.

Su trayectoria en la función pública comenzó en 2016, cuando se incorporó como coordinador general de la Secretaría de Finanzas durante la gestión de Alfonso Prat Gay en el gobierno de Mauricio Macri.

Un año más tarde, asumió como jefe de Gabinete del Ministerio de Finanzas, acompañando a Luis Caputo en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en el impulso de la iniciativa de Participación Público-Privada (PPP). En 2018, Quirno fue designado director del Banco Central, también bajo la conducción de Caputo, cargo que ocupó durante tres meses.

Sobre su gestión pesa la responsabilidad por haber tomado el mayor préstamo de la historia con el FMI, que obligó a la gestión siguiente a reestructurar el plan de pagos. Todos los acuerdos posteriores con el organismo de créditos giran en torno al reperfilamiento de la deuda tomada por Caputo y Quirno en esa administración.

También fundó la consultora Sansom Capital Advisors y luego retornó al sector público en 2023, cuando fue convocado nuevamente por Caputo para ocupar la Secretaría de Finanzas en el gobierno de Milei.

El flamante canciller pertenece a una familia vinculada a la elite política y económica argentina. Es nieto de Avelino Quirno Lavalle, fundador del Partido Conservador Popular. Su hijo Pablo Quirno Jr. fue subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales durante el macrismo con apenas 26 años y pese a su falta de experiencia.

Tras la derrota electoral de Macri, Quirno Jr. se sumó a Brubank, el banco digital que había recibido autorización durante la gestión de su padre, donde asumió como director financiero. Otro hijo, Marcos Quirno, se incorporó a JP Morgan en Estados Unidos durante el período en que su padre ocupaba funciones públicas.

Los lazos de Quirno con la JP Morgan aún persisten y fuentes familiarizadas con las negociaciones revelaron que la designación del secretario de Finanzas en la Cancillería contó con el respaldo del banco estadounidense y del Tesoro de Estados Unidos.

Para el Ministro de Economía Luis Caputo, esto también fue una victoria en su intención de bloquear al titular de la cartera de Desregulación, Federico Sturzenegger, quien aspiraba a quedarse con la cartera de Relaciones Exteriores.

Una figura central en esta dinámica es Jamie Dimon, CEO de JP Morgan, quien casualmente se encontraba en Buenos Aires durante los días en que se definía el nombramiento, participando de un evento del banco al que asistieron figuras del mundo de las finanzas como Tony Blair y Condoleezza Rice.

Además, hace apenas dos días antes de su designación como canciller, Quirno anunció que JP Morgan actuará como asesor financiero para la recompra de bonos de deuda soberana, una operación de USD 16.300 millones.

JP Morgan también es una de las entidades que negocia con el Tesoro estadounidense para otorgar a Argentina un préstamo repo de USD 20.000 millones destinado a garantizar el pago de los bonos, una operación que se encuentra demorada por problemas con las garantías.

El comunicado oficial sobre la designación de Quirno destacó que buscará “reforzar la visión pro-mercado y la apertura económica” del Gobierno, y que será el encargado de “impulsar acuerdos comerciales estratégicos” para fortalecer la inserción internacional de Argentina.

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El desembarco de JP Morgan en Argentina

Cabe mencionar que el miércoles 22 de octubre de 2025, el aeropuerto internacional de Ezeiza fue escenario de un despliegue inédito: 14 jets privados aterrizaron en el país, tres de ellos pertenecientes a JP Morgan.

Los aviones Gulfstream, dos de la serie 600 y uno de la serie 650ER, transportaron a la cúpula del banco estadounidense encabezada por Jamie Dimon. A ellos se sumaron otras aeronaves ejecutivas procedentes de Nueva York, Alemania, Marruecos, Chile y Uruguay.

Las matrículas N601CH, N602CH y N662CH, correspondientes a JP Morgan, ocuparon gran parte del sector reservado para vuelos corporativos en Ezeiza. Según especialistas en aviación, las aeronaves representan lo más exclusivo de la aviación ejecutiva mundial, con valores que oscilan entre los 57 y 61 millones de dólares por unidad.

La visita de Dimon y Jane Fraser, directora ejecutiva de Citi, se da en medio del tutelaje de la administración estadounidense sobre el gobierno de Milei. De hecho, este fue uno de los bancos a través de los que se concretó la intervención del tesoro norteamericano en el mercado de cambios.

Si bien no estaba confirmado un encuentro con funcionarios del Gobierno, lo previsto era que Dimon mantuviera una reunión con el equipo local de JP Morgan en Buenos Aires. La visita coincide con los planes de expansión global del banco, que recientemente anunció inversiones por USD 1,5 billones en cuatro grandes sectores y 27 subsectores estratégicos.

Entre ellos están la minería, energía y bienes industriales, con el objetivo de respaldar a empresas estadounidenses en el desarrollo de cadenas de suministro seguras. Cuando se tiene en cuenta que Estados Unidos pretende tener un lugar privilegiado en la explotación de uranio y tierras raras argentinas, la visita cobra sentido.

El arribo de los ejecutivos se da mientras entidades de Wall Street reclaman avales para avanzar con el paquete de financiamiento impulsado por el Tesoro de Estados Unidos, que ya comprometió un apoyo total de USD 40.000 millones a Argentina. La operación busca garantizar el pago de compromisos de deuda del país.

La magnitud del despliegue no tiene precedentes recientes en Argentina. Ni siquiera durante el G-20 se registró un arribo simultáneo de esta cantidad de aeronaves ejecutivas vinculadas a una misma operación financiera.

La presencia del JP Morgan en Buenos Aires, en medio de una coyuntura marcada por la incertidumbre cambiaria y las tensiones políticas, opera como un respaldo explícito al modelo económico implementado por Milei.

Es que, desde su llegada al poder, el presidente transformó la política económica argentina en un experimento de desregulación, privatizaciones y apertura financiera bajo la premisa de la libertad de mercado.

La promesa del libertario es que en los próximos años el país se parecería a España, luego a Alemania, Estados Unidos y, por último, se convertiría en una superpotencia mundial; todo esto pese a que las políticas resultan más afines a los intereses de grandes corporaciones que aprovechan la laxitud legislativa para instalar industrias contaminantes.

Sea como fuere, el nombramiento de Quirno consolida el control del equipo económico sobre áreas clave del Estado. Con perfil técnico, baja exposición mediática y fidelidad a Luis Caputo, el flamante canciller es un operador eficaz en el tablero financiero.

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