Uno de los objetivos de campaña del Frente de Todos de cara a las elecciones generales de octubre será obtener el apoyo de Juan Schiaretti, el gobernador de Córdoba. Se trata del segundo distrito en cantidad de electores y la única provincia donde triunfó Cambiemos, junto con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En la provincia se sienten las presiones para para que Schiaretti apoye a Alberto, a quien muchos creen que necesitará para gobernar.
Por el momento Schiaretti se resiste pero desde el peronismo cordobés y también desde el entorno de Alberto Fernández, confían en que terminará cediendo para evitar quedar mal posicionado en caso de que los guarismos de las PASO se repitan en las generales.
Para lograr este objetivo y también para planificar próximas acciones de campaña en la provincia mediterránea, Alberto Fernández almorzó el miércoles con Felipe Solá, el economista Matías Kulfas y el senador cordobés Carlos Caserio, el encargado de organizar las recorridas en la provincia más hostil para el Frente de Todos.
Recorrer el interior cordobés a la busca del voto desencantado
Entre lo conversado por Caserio y Fernández, se habla de realizar recorridas por la provincia para intentar acercarse a los 40 puntos seduciendo el voto de los industriales golpeados por la devaluación post PASO.
Se proyectan visitas a Cruz del Eje y Arroyito, ciudades donde empresas icónicas como Zanella y Arcor mantienen suspensiones hace meses, en el contexto de una crisis sólo comparable a la que se vivió a los largo de 2002, tras la salida en helicóptero de Fernando de la Rúa.
La relación con Juan Schiaretti
Además, uno de los objetivos del Frente de Todos en Córdoba es lograr un pronunciamiento positivo del gobernador Juan Schiaretti. El mandatario presentó una lista corta de diputados nacionales que obtuvo unos 16 puntos, quedando en tercer lugar, luego de Cambiemos y el Frente de Todos. No obstante, de repetir estos números le alcanzará para renovar las dos bancas que pone en juego.
Por otra parte, el mismo Alberto Fernández pidió no confrontar con el gobernador y esperar que se decida a pedir el salto, algo que se entiende que es una cuestión de tiempo.
Contrariamente, el oficialismo de Juntos por el Cambio mantiene una postura radicalmente opuesta. El cordobés Mario Negri, primer candidato a diputado nacional por Cambiemos, lo cruzó en el acto de cierre junto a Mauricio Macri.
La situación de la provincia de Córdoba en 2020
Desde el Frente de Todos analizan que Schiaretti no tendrá otra opción que apoyar a la candidatura presidencial de Alberto Fernández. Uno de los motivos es que el gobernador cordobés tiene una situación complicada para afrontar a partir de 2020.
Schiaretti debe realizar pagos de deuda en dólares que crecen con cada devaluación y amenazan a asfixiar las finanzas provinciales. Además, el paquete de medidas de Mauricio Macri redujo la coparticipación a las provincias, que ya viene cayendo por la recesión.
La recaudación de Córdoba tuvo una baja interanual de 16 mil millones y preven que seguirá cayendo. Además, en 2021 tendrá que afrontar un vencimiento de deuda por 800 millones de dólares, a una cotización que hoy es una incógnita que hace temblar al gobernador.
Juan Schiaretti necesita que Argentina vuelva a crecer pero con eso no alcanza. Además necesitará ayuda de Casa Rosada para refinanciar pasivos y Alberto le está tendiendo la mano. En breve, Schiaretti necesita a Alberto para gobernar.
Las tensiones hacia dentro del gobierno de Schiaretti
Finalmente, también existen presiones hacia dentro del gobierno cordobés para que Schiaretti apoye a Alberto. En su gabinete de ministros no hay mucha alegría por los gestos de cercanía al presidente Mauricio Macri y la indiferencia contra su propio partido. Schiaretti sólo podrá justificar su neutralidad en su buena imagen, que puede caer.
Además, cabe destacar que tras las elecciones de octubre quedará abierta la pelea por la sucesión de Schiaretti en 2023, año en que termina su mandato como gobernador sin la posibilidad de ser reelecto nuevamente.
Con una liga de intendentes apoyando a Alberto, Schiaretti necesitará mantener a su propio partido a raya para poder transitar su gobierno sin mayores sobresaltos. Uno de los más interesados en sucederlo es Martín Llaryora, quien este año se impuso como intendente de Córdoba.