Los analistas consultados por el Central empeoraron sus proyecciones de inflación y esperan un 3,2%

Luis caputo

El Banco Central tuvo que corregir al alza sus expectativas de inflación y espera un aumento del 3,2% para abril, y aunque el acuerdo con el FMI le dio un respiro a Luis Caputo en el frente cambiario, las reservas ya acumulan 6 jornadas de caídas.

El Banco Central de la República Argentina publicó el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) correspondiente al mes de abril, en el que participaron 29 consultoras y centros de investigación, así como 12 entidades financieras.

Según los datos recabados por el organismo que conduce Santiago Bausili, los especialistas del sector privado estimaron una inflación mensual de 3,2% para abril (un 1% mayor a lo que decían en el REM anterior).

Cabe recordar que en el relevamiento anterior (correspondiente a marzo), habían pronosticado que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) oscilaría en torno al 2,6%. Finalmente, la publicación final del INDEC marcó un 3,7%.

En cuanto al más reciente informe, los especialistas estiman que en lo que va de 2025 la inflación acumulará una suba de un 31,8%. Si bien esperan que la variable se estabilice a partir de mayo, la proyección gira en torno a subas del 2% mensual entre junio y octubre.

El resultado va a contramano de las declaraciones del Presidente Javier Milei, quien a mediados de abril aseguraba que “tuvimos un mal marzo, abril será mejor y a mitad de año la inflación va a buscar perforar el 1%“.

El libertario también se aventuró a decir que “a mitad del año que viene se cumplen dos años de emisión cero; para la mitad del año que viene se termina el problema de la inflación en Argentina”.

Lo cierto es que la promesa de “exterminar” la inflación queda cada vez más lejos. En marzo, cuando el indicador había dado un 2,4%, el Presidente hacía un curioso calculo alternativo para asegurar que había sido del 1,8% y aseguraba que en abril o mayo quebraría el 2%.

Lo más preocupante del alza inflacionaria de los últimos meses es que estuvo marcada por los aumentos que atravesaron el rubro de alimentos, que en algunos casos se ubicaron por encima del promedio.

Tal fue el caso de la carne. Según una publicación del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en abril los precios de los distintos cortes de carne bovina marcaron un aumento promedio del 4,1%, mientras que en marzo habían llegado al 7,5%. Alternativas más baratas como el pollo, entre tanto, tuvieron subas de hasta el 10% en abril.

El acumulado de las subas en los últimos 12 meses asciende al 60,1%, un 12,5% por encima del aumento promedio de los precios de la economía (47,6%). La cifra es aun más alta cuando se evalúan cortes representativos del consumo interno, como el asado y el vacío, que aumentaron de forma interanual un 61,6% y un 63,3% respectivamente.

Entre tanto, el lomo subió un 68,4% y se ubicó con el corte con las subas más marcadas. Todo esto, mientras la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (CICCRA) registra una caída del consumo de carne bovina en el mercado del 2,7% en el último año.

“El descenso en el consumo interno de carne bovina es el reflejo de la (in)capacidad de compra de los salarios que se ha deteriorado significativamente desde noviembre de 2023 a febrero de 2025”, indicaron desde el CEPA. Es que según INDEC, los salarios registrados tuvieron una caída en términos reales del 4,9% en el último año (comparados con noviembre de 2023).

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Ante la caída de las reservas, Caputo va por los dólares “bajo el colchón”

A partir del acuerdo con el FMI, el Banco Central había frenado momentáneamente en abril la sangría de divisas que venía sufriendo desde hacía meses, pero a casi un mes del desembolso la entidad acumula una racha de 6 jornadas de caídas.

Cabe recordar que a partir del 14 de abril se estableció el esquema cambiario por un sistema de flotación entre bandas para reemplazar el esquema de crawling peg (taza de devaluación mensual del 1%) y la intervención del Banco Central para evitar aumentos en la brecha cambiaria.

Desde entonces, la entidad no interviene en el mercado oficial a menos que el dólar supere los 1.400 pesos. Sin embargo, el Gobierno sigue enfrentando el problema de no poder acumular reservas para hacerle frente a los vencimientos de deuda.

En la jornada del jueves, las reservas brutas se hundieron en 307 millones de dólares y cerraron en 37.997 millones. Además, llevan 6 días seguidos de caídas que acumulan pérdidas por 1.282 millones.

El economista Christian Buteler graficó la situación de las reservas del Banco Central.

 

Esto, sumado a la necesidad de reactivar la economía, motiva el interés de Caputo por los dólares que se encuentran fuera del sistema bancario. Durante su paso por un canal de streaming, el Ministro de economía explicó que:

“Lo que vamos a hacer es que la gente esté más proclive a sacar sus dólares del colchón, caja de seguridad o de donde sea y gastarlos. La idea es comprar lo que quieras y que sea un país normal, donde nadie te pide explicaciones de cómo gastás la plata”.

No compro el cuento de que la gente no saca sus dólares para gastarlos. La realidad es que no lo hacen porque les rompen los cocos”, aseguró. En este contexto, un equipo de técnicos de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), el Ministerio de Economía y el Banco Central está buscando las maneras de implementar la iniciativa.

El problema es que para implementar una disposición de ese tipo se requiere una ley del Congreso, que ha rechazado las propuestas libertarias en más de una oportunidad (aunque esto no impidió al Presidente avanzar con varias de ellas a través de decretos).

Es por eso que en el Palacio de Hacienda preparan un decreto para habilitar este nuevo “blanqueo” de capitales. Así lo consignó el portal LPO, que citó a un funcionario del entorno de Caputo: “Estamos trabajando día y noche en la letra chica del decreto“. Por su parte, Milei había dicho este jueves que:

“Queremos que la gente ingrese los dólares, compre lo que quiera y que no deje los dedos marcados para que después los vayan a perseguir”.

La idea es por demás problemática y va a contramano de las indicaciones del grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). Es que una política de este tipo abriría las puertas al blanqueo de activos pertenecientes al narcotráfico o a la trata de personas.

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