El FMI informó que Argentina cumplió todas las metas cuantitativas del programa de Facilidades Extendidas para el primer trimestre del año, lo que le permitirá acceder a un nuevo tramo del crédito de unos 4.030 millones de dólares una vez completada la revisión. Para la segunda, prevén que lo más complicado será la meta de acumulación de reservas.
Aprobada ya la primera revisión trimestral prevista en el acuerdo de facilidades extendidas, el foco del problema para la segunda está puesto en la dificultad con la que cuenta el Banco Central para acumular Reservas Internacionales, pero también hay dudas sobre el compromiso que limita la asistencia del Banco Central al Tesoro. Preocupa menos cumplir con el límite del déficit fiscal.
“Se cumplieron todas las metas cuantitativas para el primer trimestre. También se están logrando avances en las reformas que fomentan el crecimiento en consonancia con los compromisos del programa”, señala el documento que difundió en la noche de este miércoles el FMI.
El próximo 21 y 22 de junio Argentina debe pagar unos 2.700 millones de dólares como parte del esquema de devolución del préstamo Stand By de 2018 tomado por el gobierno de Cambiemos.
Para el 30 de junio, el Banco Central deberá haber acumulado reservas netas por 4.100 millones de dólares, no haber tenido un déficit fiscal primario mayor a 566.800 millones de pesos y no debería haber transferido más de 438.500 millones de pesos al Tesoro en concepto de adelantos transitorios. Estos números se auditarán en la revisión que el FMI tiene prevista para septiembre y de los cuales depende un desembolso de 3.000 DEG (alrededor de 4.000 millones de dólares).
La primera meta fijada en el acuerdo con el Fondo era acumular reservas por 1.200 millones de dólares al 31 de marzo, que se logró en gran medida gracias al primer desembolso acordado en el propio acuerdo con el organismo.
Un eje central de los pedidos del FMI es la reducción de la asistencia financiera del BCRA al Tesoro que no debería superar el 1% del PBI durante el 2022.
Hasta abril la perspectiva respecto del resultado fiscal era positiva. Sin embargo, desde el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) la ven “difícil de cumplirse”.
“Por el lado de los ingresos, la mayor actividad en relación del año pasado permitiría poder concretar una mayor recaudación y con eso reducir el déficit en 0,5 por ciento del PBI. Por el lado del gasto, el acuerdo preveía dos cosas: reducción de 0,5 por ciento del PBI en los gastos asociados a la pandemia por Covid y un rebalanceo al interior del gasto, disminuyendo el gasto corriente 0,8 por ciento del PBI e incrementando en el mismo monto el gasto de capital. Ese menor gasto de capital se esperaba a partir de una reducción en los subsidios a la energía por 0,6 por ciento del PBI. Con los valores vigentes de la energía, es muy difícil poder concretar este objetivo”, aseguran.
“El personal técnico del FMI y las autoridades argentinas acordaron que los objetivos anuales establecidos en la aprobación del acuerdo permanecerán sin cambios. Esto es fundamental para fortalecer la estabilidad y apoyar la recuperación económica en curso”, señaló el FMI en un comunicado.