El presupuesto para 2019, que responde a las exigencias del Fondo Monetario Internacional, fue aprobado ayer por los legisladores de Cambiemos y una parte del PJ. El polémico proyecto prevé un brutal ajuste que impactará de forma directa en áreas sensibles como salud, educación, seguridad social y cultura.
En cuanto a Educación y Cultura, el presupuesto incluye un gasto en educación de 229.304 millones de pesos, lo que supone un incremento respecto de la cifra de 2018, pero resulta ser de apenas el 13,7 por ciento, que teniendo en cuenta la inflación anual prevista, de entre el 45 y el 50 por ciento, es insignificante.
En ese sentido, La reducción en términos reales es de más del 20 por ciento, sin contar la devaluación del año próximo. Es decir que, en solo dos años el recorte final en educación podría redondearse en el 40 por ciento.
El aumento para las áreas de Ciencia y Técnica es de 10.769 millones, es decir aproximadamente un 30%, unos 15 puntos abajo del incremento inflacionario previsto para 2018. La reducción estaría cercana al 10 por ciento.
En cuanto al área de Salud, el presupuesto 2019 abarcará apenas el 0,8 por ciento del PBI. La reducción ante la inflación, según cálculos privados, es del 5 por ciento. Y el recorte anual rondaría el 18 por ciento.
Para el área de Empleo, el Ministerio de Hacienda prevé que en 2019 no se contrate a nadie en área alguna del Estado nacional y estima que se llevarán a cabo nuevos casos de retiros “voluntarios” y jubilaciones. En este escenario, la disminución en el personal estatal sería del 2 por ciento.
Finalmente, en el área de Seguridad Social, El monto que los jubilados perdieron durante 2018 por la modificación en el cálculo de la actualización jubilatoria no estará compensado por medida alguna para 2019. Cabe recordar que además, sigue en carpeta el proyecto oficial para extender la edad jubilatoria, lo cual sería otro golpe a la clase pasiva.
Asimismo, los recortes a los beneficios para personas con discapacidad serán importantes y también los aumentos a quienes cobran la Asignación Universal por Hijo (se prevé una suba de apenas el 20,4%) o pensiones no contributivas (28,1 %), ambas muy por debajo de la inflación proyectada.