Controversias alrededor de la posible inversión china en megagranjas porcinas

granjas cerdos china

Desde el mes de julio de este año, cuando Cancillería dio a conocer su intención de avanzar en un Memorandum de Entendimiento con China para la instalación de granjas porcinas en nuestro país con inversiones de empresarios chinos, estalló una masiva manifestación en contra de ese tratado.

El documento ”No queremos transformarnos en una factoría de cerdos para China, ni en una fábrica de nuevas pandemias”, convocado por artistas, activistas, periodistas y red de abogados ambientalistas, en menos de cuatro horas logró miles de adhesiones.

Como antecedente directo, en abril de 2019, el entonces presidente Mauricio Macri anunció la apertura de las exportaciones de carne de cerdo a China. En dicha ocasión, la cartera de Agroindustria anunció que “la firma del protocolo que habilita las exportaciones de carne de cerdo a China es la culminación de un largo proceso de negociaciones llevado adelante por funcionarios de Agroindustria, Senasa y Cancillería, y representa una oportunidad única para los productores porcinos locales, que ven en China una ventana de crecimiento ya que dicho país es uno de los principales consumidores e importadores del mundo”.

Ante las críticas recibidas por el impacto ambiental que generará el inminente acuerdo, la noche anterior a la fecha prevista para la firma del Memorandum, el pasado 1 de septiembre, Cancillería comunicó por medio de un Tweet la decisión de aplazar la firma del mismo para noviembre.

Se explicó en la cuenta oficial del organismo que dicha postergación se debe a la incorporación de “un artículo donde se asegura el respeto de las leyes de protección ambiental, los recursos naturales y la bioseguridad.”

El proyecto en cuestión procura garantizarle a China hasta 900 mil toneladas anuales de carne de cerdo y contempla el desarrollo de 25 mega granjas de al menos 100 hectáreas con capacidad para albergar a 12 mil “madres” cada una. Se menciona que se radicarían en las provincias de NEA y NOA, y que contarían con una planta de procesamiento de alimento balanceado, frigorífico exportador y biodigestores para tratar los efluentes

Son muchas las dudas que genera la sustentabilidad de estos emprendimientos. Se menciona que consumiría 1.5 millones de litros de agua por día cada una, en regiones donde ese recurso no abunda

El hacinamiento de animales con genética idéntica facilita la proliferación de bacterias, por lo cual se les suministran antibióticos en forma preventiva, lo que resulta en generación de resistencias a dichos fármacos. También elevaría la posibilidad de que surjan nuevas enfermedades y transmisiones vía zoonosis como el actual Covid-19.

La propia ONU publicó un informe sobre zoonosis y plantea que “Pandemias como la ocasionada por el brote de Covid-19 son un resultado previsible y pronosticado de la forma en que el ser humano obtiene y cultiva alimentos, comercia y consume animales, y altera el medio ambiente”.

Jorge Neme, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de Cancillería asegura que el proyecto total representa una inversión del orden de los 3500 millones de dólares que permitirían generar 9500 puestos de trabajo directos y hasta 42.000 empleos indirectos.

Existen propuestas alternativas de realizar producciones de menor escala repartidas a lo largo y ancho del país,  como la redactada por el Instituto de Estudios y Formación para la Igualdad, donde se destaca la importancia del sector de la Agricultura Familiar dentro de este rubro productivo.

Parece imposible rechazar una oferta de inversión extranjera de ese calibre, pero será imprescindible que se realicen los estudios de impacto ambiental y socioeconómicos antes de avanzar en una propuesta que parece prometer problemas ambientales y más desigualdad social.

 

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