La militancia del del Frente de Todos está organizando, “desde abajo”, una multitudinaria marcha para este 17 de octubre, algo que en el 2020 no se pudo organizar por la pandemia del coronavirus.
Cabe recordar cómo se gestó aquel 17 de octubre de 1945, fuera de las organizaciones sindicales y la dirigencia política.
En aquél entonces la dirigencia gremial discutía sobre la detención de Juan Domingo Perón y la anulación de las leyes laborales que se habían creado desde la Secretaria de Trabajo. La CGT discutía en poner fecha para un paro general que finalmente se resolvió para el 18 de octubre, en una votación muy pareja de 21 a 19 entre los dirigentes.
Pero en la calle había otra realidad entre los trabajadores. En cada fábrica entraron en estado deliberativo y en la mañana del 17 de octubre todo era un hervidero.
Los trabajadores llegaron a las fábricas pero no ingresaban. Se corrió la voz que había que marchar hacia el centro de la ciudad de Buenos Aires para reclamar por la libertad del coronel Perón. En poco tiempo grupos compactos atravesaron los puentes de Avellaneda hacia Buenos Aires y se dirigieron al centro de la ciudad.
Era un movimiento irresistible que no se detendrá durante toda la jornada, incluso cuando les levantaron los puentes. Desde los frigoríficos de Berisso, las usinas de Puerto Nuevo, los talleres de Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones de acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Así fue la historia que todos conocemos y qué tantos historiadores la han relatado.
Hoy los trabajadores miran con preocupación que los dirigentes de Juntos por el Cambio anuncian públicamente que se terminará la indemnización para que el patrón te despida cuando quiera o que a partir de ahora los menores de 25 años cobrarán la mitad del sueldo simplemente por ser joven.
No solo eso, ya anunciaron que quieren ser mayoría en Diputados para elegir al presidente de la Cámara y así estar en la sucesión presidencial. Quieren volver a gobernar para seguir haciendo negocios privados.
Hubieron muchos trabajadores que habían depositado su esperanza en el Frente de Todos no fueron a votar o lo hizo por alguna otra opción. Está desencantada, con falta trabajo, con sueldos pésimos y con una inflación que no para.
“Los precios suben por ascensor y los sueldos por la escalera”, dijo alguna vez Perón. Los cuatro años de macrismo más los dos años de pandemia han dejado a casi 19 millones (40%) de argentinos en la pobreza y un 10% en la indigencia.
Los sectores de derecha, las corporaciones mediáticas y el establishment económico no harán nada para mejorar la situación de los argentinos, solo lo puede hacer el Frente de Todos y hasta ahora no lo hizo.
Es por eso que la militancia tiene por objetivo autoimpuesto el recuperar la mística, la movilización callejera y así exigirle al gobierno que modifique el rumbo, que no mire tanto al FMI y sí el rostro de los pobres.