Desde Roma, el presidente Javier Milei salió en defensa del senador Edgardo Kueider, recientemente destituido por el Senado, argumentando que la sesión en la que se decidió su expulsión fue “inválida”. Milei fundamenta su afirmación en la supuesta notificación previa a la vicepresidenta, Victoria Villarruel, sobre su viaje a Italia, lo que la inhabilitaría para presidir la sesión.
En una entrevista con Luis Majul en radio El Observador, Milei aseguró que Villarruel fue informada de su viaje a Italia 48 horas antes de la sesión del Senado. “Lo que puedo notificar y verificar es que la doctora Villarruel fue informada. El GDE donde se le comunica que yo voy a estar de viaje (a Italia) ella lo recibe el martes,” declaró el presidente. Además, añadió que la Escribanía General de la Nación interactuó con la secretaria de Villarruel, confirmando la notificación. Milei también mencionó que el jueves, antes del resultado de la sesión, Manuel Adorni ratificó su viaje a Italia.
El mandatario criticó duramente la actuación de Villarruel, argumentando que “no se puede hacer lo que hizo” ya que viola el principio de división de poderes. Recordó que Argentina tiene un sistema republicano de gobierno con pesos y contrapesos, donde el Poder Ejecutivo no puede interferir en el Legislativo, y viceversa.
Explicó que al iniciar su viaje a Italia, se produce una acefalía transitoria, quedando la vicepresidenta a cargo del Ejecutivo. En este contexto, si Villarruel preside una sesión del Congreso, estaría ejerciendo funciones en el Poder Legislativo mientras ocupa interinamente la presidencia, lo cual, según Milei, “violenta la división de poderes”.
No obstante, la asunción de la vicepresidenta como presidenta ex oficio no es automática, sino que justamente debe firmar ante el Escribano General de Gobierno, situación que sucedió sobre las 19 horas, es decir, luego de la sesión.
Justamente, el constitucionalista Andrés Gil Domínguez señaló que sin traspaso formal, no puede considerarse simultaneidad en los cargos y consecuentemente no puede considerarse inválida la sesión.
De este modo, Milei parece estar jugando a dos puntas: por un lado, para intentar salvar a Kueider, un aliado clave para la aprobación de la Ley Bases; por el otro, para intentar limar aún más a su propia vicepresidenta con quien mantiene un enfrentamiento desde antes de la asunción y que se intensificó en las últimas semanas.
