Mauricio Macri apunta a recuperar el liderazgo del PRO

El expresidente Mauricio Macri espera al segundo trimestre del año para retomar las riendas del PRO, fracturado tras las elecciones de 2023 y la asunción del gobierno de Javier Milei.

Recluido en el country Cumelén de Villa La Angostura, Macri mantiene un vínculo cotidiano y directo con el presidente Milei, como así también con referentes regionales del PRO. El exmandatario mantiene un juego a dos puntas: mientras opera como aliado y asesor del gobierno nacional, mantiene también una prudente distancia de la administración libertaria y colecciona apoyos para volver a liderar el PRO, partido que fundó.

A Macri le preocupa que dos dirigentes asociados a su figura, como Patricia Bullrich y Luis “Toto” Caputo, estén en áreas tan sensibles como Seguridad y Economía.

En el macrismo entienden que son dos fusibles en un momento crítico para el Gobierno de La Libertad Avanza (LLA). El ex Presidente sabe que si el programa económico falla o si la calle se “desborda”, las miradas públicas apuntarán al ex Presidente, pese a los esfuerzos que hizo para aclarar que ambas designaciones fueron a “título personal”.

Lo cierto es que, independientemente del devenir del gobierno de Milei, el PRO está completamente fracturado internamente y -al menos de momento- se perfila a dividirse en cuatro espacios: el macrismo, el entorno de Bullrich, el naciente “partido” larretista y los gobernadores amarillos.

La descendencia amarilla

Por un lado, desde adentro del Gobierno, Bullrich gana incidencia y se convierte en una de las ministra más importantes del oficialismo. Tiene nombre y peso propio. Esa posición le da vuelo propio aunque la aleja del PRO.

Su decisión de incorporarse al Gabinete libertario rompió su relación con Macri y llevó a que el ex Presidente le pidiera que ceda el control del partido. La ministra de Seguridad anunció la convocatoria a elecciones partidarias para los primeros días del año, aunque en el macrismo decidieron solicitar una prórroga a la justicia y harán las elecciones internas a después de mayo.

Bullrich está decidida a construir poder y territorialidad propia. Y por ahora lo hará con lealtad a Milei y despegada de Macri. Mientras, el fundador del PRO buscará retomar las riendas del partido amarillo, aunque no decidió aún si asumirá él mismo el rol de Presidente o si designará a alguien de su cercanía.

Otro espacio que toma distancia y hace juego propio es el referenciado en Horacio Rodríguez Larreta. Su vínculo con Macri es casi irreconciliable, conserva un diálogo distante con Bullrich y tiene diferencias abismales con la administración de Milei. Conserva ascendencia política sobre un grupo de legisladores y busca acercarlos alejarlos del PRO.

Desde el entorno del ex alcalde capitalino dejan trascender que Larreta trabaja en el armado de un partido propio (aún sin definir el nombre o la persona jurídica) con vistas a 2025.

El otro de los espacios es el referenciado en los gobernadores, cuya figura principal apunta a ser Jorge Macri. El Jefe de Gobierno de la Ciudad pretende independizar su perfil político, aunque sin perder el vínculo con su primo, y sostiene, al mismo tiempo, una alianza táctica con Milei.

Jorge Macri se apalancará en la Ciudad de Buenos Aires como epicentro y construirá desde allí su proyecto de poder, tal y cómo hizo su primo.

En tanto, Ignacio Torres, de Chubut, y Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, son los otros dos gobernadores del PRO. Ambos tienen una relación “cordial” con Macri. Si bien el chubutense tiene un vínculo más fluido que el entrerriano, los dos se manejan con línea directa con el ex Presidente. Sin embargo, ambos son partidarios de liderar un espacio opositor que colabore con el Gobierno nacional aunque con la distancia justa.

La ventaja con la que cuentan Torres y Frigerio es que suman los apoyos del resto de los gobernadores de JxC.

Mientras tanto, Macri y sus soldados esperan en relativo silencio. El ex Presidente conoce que a partir de marzo, la legitimidad de origen de Milei puede acabarse.

Pasado el verano, las medidas de shock económico más duras tendrán efecto pleno y afectarán de forma directa y negativa a las clases populares y a la clase media. Será un escenario donde la fragilidad política de Milei cobrará protagonismo y el PRO (o lo que quede de él) ganará mayor capacidad de presión sobre el Gobierno.

Ese contexto coincidirá con la elección de nuevas autoridades del PRO, en donde Macri tendrá el escenario principal.

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