“Es ´Pipita´ Higuaín para gobernar. Todas las tira afuera. No hace un gol Marcos Peña. Manejar la política económica es para gente en serio y capacitada, no es para un jefe de marketing”, lo liquidó el 10 de mayo quien tal vez es el periodista más oficialista del mercado, Eduardo Feinmann, al otrora señalado como sucesor elegido por Mauricio Macri.
Allí, en la primera de las violentas devaluaciones que sufrió el Gobierno este año, empezó a materializarse el derrotero del jefe de Gabinete que actualmente está en su peor momento, con el arco opositor pidiendo su salida al unísono de los medios de prensa y el “círculo rojo”.
Sin embargo, tan solo 248 días atrás respecto de hoy, la revista Forbes Argentina lo definía como CEO del año. “Su éxito, ¿será también el de la Argentina?”, se preguntó la publicación en su portada el 26 de diciembre de 2017.
Hoy, con una devaluación que en lo que va del año acumula 103%, el dólar rozando los $ 40, el Riesgo País cerca de los 800 puntos, las tasas en 60%, el Gobierno presionando a los gobernadores para poder ajustar aún más el ya ajustado proyecto de Presupuesto 2019 y funcionarios viajando a Washington para rogar más concesiones al FMI, Peña sólo conserva su cargo por voluntad de Macri, ya que todos señalan al ministro coordinador como el culpable político pero con impacto en lo económico.
Un movimiento de piezas que afecte al ministro coordinador no está en los planes del Presidente, por más corrida cambiaria que exista, presiones del establishment o, incluso, reclamos y quejas de parte de los más encumbrados dirigentes del PRO que lo acompañan desde el minuto cero.
Peña negó una y otra vez las versiones de cambios en la estructura del gabinete de ministros en pleno Consejo de las Américas. En el mismo lobby, en el mismo lugar y a la misma hora, empresarios, dirigentes y operadores del propio oficialismo se entremezclaban en furiosas charlas sobre la escalada del dóla.
Según diversas versiones periodísticas, sacar más ministros, y principalmente uno tan poderoso, en la estructura sería una señal de debilidad. En especial si ese cambio incluye al más PRO de los ministros PRO.
Algunos funcionarios nacionales, que presionan para que haya un movimiento de piezas, recuerdan que los dos últimos cambios de gabinete se orquestaron y comunicaron un día sábado, como mañana: Macri autorizó -o hizo pública- las salidas de Juan José Aranguren y Francisco Cabrera de Energía y Producción respectivamente el sábado 16 de junio por la tarde. El día anterior, el jefe de Estado había pasado toda la tarde en la Quinta de Olivos con Peña, como ayer.