A sus allegados les ha dicho que “todo puede pasar“, en referencia a la pregunta de quien lo acompañará en la fórmula como candidato a vicepresidente. La lista sigue abierta y en los medios oficialistas le tiran nombres a mansalva en la previa al anuncio oficial que no puede demorarse mucho más.
Se trata de una decisión difícil para Mauricio Macri, quien en octubre deberá enfrentarse a una dupla competitiva, la de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, que parece se impondría en primera vuelta si sigue aumentando el marco de alianzas. Para dentro de Cambiemos, la definición desordena “al equipo” que se divide en sectores que apoyan diversos postulantes.
Los más cercanos al presidente creen que habría que darle la vicepresidencia a la UCR como gesto de reciprocidad luego del respaldo de la Convención Nacional. Sin embargo, hay quienes creen que los radicales avanzaron en sus posiciones de poder relativas dentro de Cambiemos a fuerza de hacer críticas que convalidaron el esfuerzo opositor puesto en, por ejemplo, la crítica a la política de tarifas públicas.
En última instancia, lo que no le cierra al equipo presidencial es sumar a un radical, ya que ninguno de los que suenan como posibles representantes del centenario partido cuenta con las dos virtudes que Macri mismo busca y necesita: que no le haga sombra y que tenga votos propios.
Con la caída de la imagen del presidente, es aún más difícil pensar en un dirigente que de tener votos propios, no le robe protagonismo y liderazgo en una coalición política tan desgastada por el centralismo de Casa Rosada a la hora de tomar definiciones políticas clave.
Desde el equipo político de Mauricio Macri, el tridente compuesto por el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, el Secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis y el asesor Jaime Durán Barba, explican que quien secunde al presidente debe mantener la “identidad” de Cambiemos y tener un mensaje “coherente” con el del presidente.
Esto parece hoy por hoy ser un requisito ineludible y de no encontrarse un candidato externo al PRO, la candidatura de vicepresidente sería para alguien “propio” y seguramente, una mujer. Gabriela Michetti podría ser nuevamente candidata para marcar los rasgos de “lealtad” y “continuidad”, aunque hoy por hoy también suenan Patricia Bullrich para enfatizar en la seguridad y revitarlizar “la grieta” o Carolina Stanley que podría mostrar un “costado social” más a tono con las necesidades reales de hoy por hoy.
En algún momento sonó la idea de compañero peronista como vicepresidente, pero hasta Urtubey eligió realizar un fuerte rechazo en un acto público. El desaire del último peronista con peso territorial y ambiciones electorales cercano a Casa Rosada terminó de sepultar esa idea. Pichetto no tiene votos propios y Schiaretti se encuentra “cómodo” tras su reelección.
Finalmente, otra opción que se maneja es la de generar un golpe de efecto para contrarrestar la estrategia electoral de Cristina, de ir por la vicepresidencia y postular como presidente alguien que, hasta el momento no sonaba como candidato ni había sido medido en encuestas.
En esa línea de acción suenan los nombre de Elisa Carrió y del diputado matancero, “Toty” Flores, cercano a la dirigente chaqueña. Con la candidatura de “Toty” Flores, la narrativa de Cambiemos buscaría discutir sobre la pobreza más que sobre política económica.