El expresidente Mauricio Macri rechazó la convocatoria al diálogo político que hizo este domingo el presidente Alberto Fernández tras las elecciones legislativas. El exmandatario se niega a perder el liderazgo de la oposición y quiere capitalizar el triunfo de Juntos para disputarle a Larreta.
“Suena más a oportunismo”, cuestionó el dirigente del PRO que en plena veda electoral habló de una “transición” hacia un futuro gobierno de Juntos por el Cambio.
“Se debe entender qué significa ese llamado y quién lo hace: ¿es un llamado que hace el Presidente con el apoyo de la vice, con el apoyo de la Cámpora?”, planteó el ex presidente, a quien sus compañeros de la coalición opositora colocaron en un segundo plano durante los actos centrales del domingo.
Allí, Macri no pudo decir mucho. Pero minutos después, aprovechó la tribuna de su canal, LN+, y él mismo se dio protagonismo.
Rechazó la convocatoria del jefe de Estado y de paso se calzó el traje de víctima.
Dijo que la convocatoria de Alberto “carecía de sinceridad” porque, en su opinión, al llamado lo hizo “en el mismo el mismo discurso en el que le echa la culpa a Juntos por el Cambio” por la crisis económica desatada desde 2017. Y, según Macri, esa “no parece la mejor manera de invitar”. “Echándole la culpa a los demás no lo van a conseguir”, agregó.
Más tarde, envalentonado por los resultados parciales que le dieron a Juntos por el Cambio una relativa mayoría, cuestionó una vez más al gobierno nacional. Lo instó a “corregir el rumbo” porque “está muy equivocado en el rumbo que se ha dejado arrastrar”.
“Tiene que intentar establecer relaciones con el mundo”, dijo ignorando los apoyos que la Argentina cosechó en los últimos meses en su negociación con el Fondo Monetario por la mega deuda que el gobierno de Cambiemos contrajo con él como presidente.