Mauricio Macri tendrá un lugar protagónico este domingo en el tradicional búnker de Juntos en Costa Salguero. El expresidente busca capitalizar lo que en Juntos esperan sea un contundente triunfo electoral e instalarse como presidenciable en 2023. Hay malestar en el entorno de Horacio Rodríguez Larreta, pero no se traduce en definiciones claras para pelearle el liderazgo a Macri.
El expresidente se subió al triunfo de las y los candidatos de Juntos en las PASO, no sólo en Provincia de Buenos Aires, sino especialmente en provincias clave como Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe. Lo hizo a pesar de que en las internas habia apoyado a otros candidatos.
Desde el entorno de Larreta ven como el expresidente vuelve a posicionarse para 2023 a costa de las candidaturas en las que Larreta intervino fuertemente, como lo hizo con María Eugenia Vidal en la Ciudad Autónoma o Santilli en Provincia de Buenos Aires.
No obstante, la tensión alcanzó su nivel altísimo cuando al jefe de gobierno porteño le comunicaron que Macri busca ser uno de los “oradores destacados” en la noche del domingo. Cabe destacar que en las PASO, Macri se subió al escenario pero no habló.
Además, Macri estará presente en el tradicional “desayuno de candidatos” en la Ciudad en la que participarán Vidal y Larreta. Por su parte, Santilli hará lo mismo junto a Manes.
En las últimas semanas, varios dirigentes cercanos a Larreta han enviados mensajes claros de acercamiento (o reacercamiento) al creador del PRO. Como muestra, cabe destacar que Rogelio Frigerio lo recibió en Entre Ríos y compartió actividades de campaña, al tiempo que Martín Lousteau lo saludo diciéndole “Hola presidente” en el cierre de campaña porteño.
Así, el plan de Larreta para cada día más dificultoso al no poder lograr ser referenciado como líder del espacio por el nucleo duro del macrismo, al tiempo que el liderazgo de Macri fogonea una alianza con Javier Milei, el mismo que no se cansa de insultar a Larreta y que llegó a cruzarlo con una dura advertencia de tono político.
En ese contexto, la preocupación de Larreta es su dificultad para capitalizar el factible triunfo electoral del domingo, en momentos en que parece cada vez más evidente que Mauricio Macri busca un “Segundo Tiempo”.