La diputada nacional electa por La Libertad Avanza, Lilia Lemoine, quedó una vez más en el ojo de la tormenta luego de que usuarios de redes sociales reflotaran viejas publicaciones suyas en las que afirma que las personas con síndrome de down necesitan ser masturbadas por enfermeras y en las que refiere que fue abusada por una persona de esta condición.
Sucede unos días luego de que la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) repudiara el uso de la palabra “mogólico” como insulto por parte de la diputada electa que responde a Javier Milei.
“Este mogólico de Juan Pablo Pérez. Sí, mogólico por decisión propia, dice dictadura, ja, ja. Dale, mongo, salí a la calle (…) Denunciame al INADI” había expresado Lemoine en un video.
Como respuesta desde ASDRA explicaron que “el término suele usarse para insultar, haciendo referencia a la falta de inteligencia de la persona a la cual se dirige. Es decir, sitúa a los individuos en parámetros de normalidad-anormalidad y entiende a la discapacidad intelectual como algo fuera de lo normal, incorrecto u objeto de burla”.
Sin embargo, en las últimas horas comenzaron a visibilizarse expresiones de Lemoine sobre la sexualidad de las personas con síndrome de Down que rápidamente generaron indignación.
En dicha publicación, Lemoine hace referencia a las acusaciones contra Stan Lee, creador de superheroes como Spiderman, y de otros personajes que seguramente la han inspirado como cosplayer.
En otra publicación en su cuenta de Facebook, Lemoine se refiere una vez más a este hecho y lo justifica en la edad de Lee (95 años al momento de la publicación) y en una posible “enfermedad degenerativa” el hecho que acosara sistemáticamente a sus enfermeras, como trascendió en el momento a través de los medios.
La publicación tiene fecha del 9 de enero de 2018, y tan sólo dos días después, el 11 de enero, continuó expresándose sobre esta polémica.
En la publicación relata que cuando “tenía 16 años un adulto con síndrome de down abusó” de ella y contó:
“Yo estaba trabajando, el tipo me hizo acercar, se estaba masturbando con el pájaro afuera mientras se tapaba con una revista en el medio de la vereda… quería que yo lo mirara. Yo me acerqué sospechando algo raro pero no quise ser agresiva porque justamente, era una persona con síndrome de down. Cuando me dí cuenta de lo que estaba pasando, no grité, no llamé a un policía, no le pegué… no hice nada, porque, aunque para mí fue traumático (reitero, tenía 16 años) y horrible… entendí que se trataba de alguien que quizás no podía controlar lo que hacía”.
En sólo dos días, Lilia Lemoine pasó de afirmar que una persona con síndrome de down necesita asistencia sexual a concebirlo como una persona incapaz de frenar el impulso sexual.
Sin tomar consciencia de esta contradicción, la hoy diputada libertaria electa continuó su publicación explicando al primer comentario citado en este artículo:
“Antes de ayer hice un comentario donde decía que a veces se contrata enfermeras profesionales o cuidadores profesionales para atender chicos con este síndrome, y que una de las tareas consiste en ayudarlos a masturbarse porque solos no pueden o se lastiman… y que si una cuidadora profesional hace una denuncia por acoso , es una mala profesional…”.
En ese contexto, Lemoine volvió a insistir con la supuesta necesidad de asistencia sexual por parte de personas con síndrome de Down, una vez sin ningún fundamento ni respeto por las personas que poseen esta condición.
En ese sentido, es importante aclarar que el desarrollo sexual de una persona con Síndrome de Down no difiere de la de una persona sin esta condición. La sociedad y los tabúes son el origen de las aparentes diferencias, especialmente cuando hay sobreprotección de la persona, aún cuando llega a la adultez.