La victoria electoral le dio aire al gobierno de Javier Milei y fue celebrada por el mercado, pero ahora el sector empresarial le reclama al oficialismo que aproveche sus números en el Congreso para avanzar con una reforma laboral. ¿Qué implicaría para los trabajadores?
La victoria de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas del domingo 26 de octubre otorgó un respiro al gobierno de Javier Milei, traducido en una notable reacción de los mercados financieros. El dólar oficial experimentó una caída de 55 pesos, cerrando en $1.460, mientras que las acciones y bonos argentinos registraron subas de hasta el 30%.
En paralelo, el sector empresario salió masivamente a celebrar los resultados, pero también a exigir que el oficialismo acelere la agenda de reformas estructurales, especialmente en materia laboral y tributaria. Hace unos días, el ministro de Economía, Luis Caputo, había prometido a los empresarios una reforma laboral.
El empresariado celebra y presiona por cambios
Las principales cámaras empresariales del país emitieron comunicados que no disimularon su satisfacción ante los resultados electorales, pese al contexto de profunda crisis económica que atraviesa Argentina.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham) consideró que los comicios abren “una nueva oportunidad para avanzar hacia las transformaciones estructurales que Argentina necesita”.
La entidad valoró las políticas implementadas durante los primeros dos años de gestión en materia de estabilidad macroeconómica y desregulación, aunque advirtió que el desafío actual consiste en “mejorar la competitividad, modernizar la infraestructura, simplificar el sistema tributario y adecuar las normas laborales” a los nuevos entornos productivos.
AmCham subrayó que el crecimiento sostenido requiere “un marco normativo que brinde previsibilidad, fomente la inversión y genere condiciones para producir, innovar y crear empleo de calidad”.
En línea con el gobierno estadounidense, la cámara destacó que Argentina posee “recursos naturales estratégicos, talento humano calificado y sectores con enorme potencial”, como la agroindustria, la energía, la minería, la tecnología y la economía del conocimiento.
Por su parte, la Asociación Empresaria Argentina (AEA) expresó su “satisfacción” ante la jornada cívica y esperó que la misma represente una oportunidad para avanzar en los consensos necesarios que permitan impulsar nuevas medidas bajo el ideario libertario.
Esta entidad reúne a los dueños de las empresas mejor valuadas del país, con un directorio integrado por Paolo Rocca (Techint), Héctor Magnetto (Clarín), Luis Pagani (Arcor), Miguel Acevedo (Aceitera General Deheza), Sebastián Bagó (Laboratorios Bagó), Alfredo Coto, Federico Braun (La Anónima) y Eduardo Elsztain (IRSA), entre otros.
La Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) interpretó que el resultado abre “un marco de certidumbre política” y consideró que Milei reconoció “la necesidad de construir consensos y mayorías” para abordar la agenda de reformas. Desde COPAL señalaron que:
“Resulta prioritario avanzar en una reforma tributaria, laboral y la internacionalización que permita potenciar la capacidad productiva”.
La Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), sector particularmente afectado por la política económica del gobierno nacional, analizó la victoria como un apoyo significativo al camino de “responsabilidad fiscal, estabilidad macroeconómica y promoción de la inversión privada”.
Su presidente, Gustavo Weiss, llamó a construir consensos amplios, variable que consideró “esencial para alcanzar acuerdos duraderos que impulsen el crecimiento y la generación de empleo”.
La Asociación de Bancos (ABA) se sumó al pedido de facilitar consensos básicos para lograr las reformas, mientras que la Sociedad Rural Argentina (SRA) informó su coincidencia con el llamado al diálogo realizado por Milei y adelantó que propondrá una agenda federal que tiene como objetivo devolverle competitividad al sector agropecuario.
Desde Industriales Pymes Argentinos (IPA) consideraron “muy importante que el gobierno pueda capitalizar esta gran oportunidad” y agregaron que el plan debería consistir en “medidas que aseguren la productividad, con una industria sostenible y sustentable”.
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La nueva “formalidad” laboral que quiere Milei
El proyecto de reforma laboral que impulsa el gobierno busca modificar sustancialmente las reglas del mercado de trabajo. La propuesta apunta a legalizar condiciones laborales que actualmente se aplican en el amplio universo de la informalidad, donde una parte importante de la base electoral libertaria, especialmente los jóvenes, ya se desempeña.
Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), la tasa de informalidad laboral en Argentina escaló al 43,2% en el segundo trimestre de 2025, lo que significa que cuatro de cada diez trabajadores operan fuera del marco legal en materia laboral, impositiva o de seguridad social.
Este indicador representa un aumento interanual de 1,6 puntos porcentuales y marca el nivel más elevado desde 2008, con la excepción del segundo trimestre de 2022. Lo lógico sería encuadrar a estos trabajadores bajo una relación de dependencia reconociéndoles el conjunto de derechos propios de esa relación de trabajo.
Esto implicaría garantizarles un salario definido por paritarias, protección contra el despido arbitrario, aguinaldo, licencias o vacaciones pagas. Por el contrario, lo que Milei tiene en mente es una reforma que busca legalizar la situación de esos trabajadores a través del monotributo.
En consecuencia, se empezaría a considerar que un trabajador está correctamente registrado si, en lugar de percibir un recibo de sueldo, emite su factura mensual como monotributista.
De este modo, se celebraría la reducción de la informalidad, pero se consolidaría la situación precaria de empleados en empresas pequeñas, que ya no tendrían herramientas legales para obtener el reconocimiento de sus derechos. La excusa es la supuesta “industria del juicio”.
Entre las medidas específicas que se han deslizado desde que La Libertad Avanza instaló la idea de una reforma laboral, se encuentra la eliminación de todas las multas por trabajo informal, lo que paradójicamente podría aumentar la litigiosidad: ante la falta de sanción, la Justicia podría ordenar el pago de todos los salarios adeudados y no registrados.
También se plantea la duplicación del período de prueba de tres a seis meses para todas las relaciones laborales, medida que favorecería la alta rotación, especialmente en actividades con alta participación de jóvenes. Por otra parte, a través de acuerdo colectivo, los sectores podrían utilizar el fondo de cese para pagar la indemnización por despido.
Otra propuesta permitiría a las empresas tercerizadas registrar los contratos laborales de las empresas usuarias, limitando la responsabilidad de las primeras y favoreciendo la tercerización laboral.
Bajo el concepto del emprendedurismo, se crearía la figura del trabajador independiente con colaboradores, es decir, independientes que contratan hasta cinco trabajadores como independientes, legalizando así la contratación laboral informal en microempresas.
El secretario de Trabajo, Julio Cordero, ya anticipó cómo se llegarían a definir los aumentos salariales: “Necesitamos encontrar, en cada actividad, elementos objetivos que muestren la eficiencia de cada trabajador”.
“Se necesita un salario que se incremente de manera dinámica, que haya un incremento salarial que permita beneficiar en una porción al trabajador que le pone más entusiasmo, e incrementarlo mucho más al que da todo de sí por distintas razones”, completó. Es decir, sueldos por productividad sin fundamentos objetivos claramente establecidos.
La reforma también incluye beneficios para empresas de mayor tamaño, como la reducción de las sanciones para quienes contratan de manera informal, dado que con la aprobación de esta norma ya no estarían obligados a pagar una indemnización agravada a los trabajadores.

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Euforia en los mercados: dólar, bonos y acciones
La reacción de los mercados financieros ante la victoria electoral fue inmediata y contundente. El dólar oficial cayó 55 pesos y cotizó el lunes 27 de octubre a $1.460, mientras que el dólar blue operó a $1.440. Los dólares financieros cotizaron a $1.455,80 (MEP) y a $1.464,50 (CCL). El dólar mayorista cerró en $1.425, lejos de la banda cambiaria que ese día se ubicaba en $1.492,55.
Los bonos y las acciones registraron subas de hasta el 30%, con un destacado desempeño del sector privado. Como resultado, el riesgo país se derrumbó, cerrando en 652 puntos básicos, según mediciones que cotejan los rendimientos de bonos argentinos con sus pares del Tesoro de Estados Unidos.
Desde Max Capital entendieron que el rally de los bonos podría llevar a que los spreads converjan gradualmente “hacia el piso del ciclo, en torno a 550 puntos básicos”. Agregaron que “en la parte corta, los bonos 2030 superarían 80, con spreads en torno a 650 pb. El rally debería ser mucho más fuerte en los bonos largos”.
El entusiasmo se replicó en las acciones argentinas que cotizan en Wall Street: los ADRs se dispararon hasta casi 50%, con fuertes avances para Grupo Supervielle (47%), BBVA (42%), Grupo Financiero Galicia (39%) y Transportadora de Gas del Sur (36%).
En el mercado local, el S&P Merval avanzó un 18% a 2.449.457,73 puntos, mientras que su contraparte en dólares voló 31,1% a 1.737,66 puntos. El dólar contado con liquidación se desplomó 9,7%. Las subas estuvieron encabezadas por Metrogas (31,2%), Transportadora de Gas del Sur (30,7%) y Transener (28,8%).
Entre las principales acciones, se destacaron las subas de Metrogas (30,56%), Supervielle (29,29%), Transener (27,25%), TGN (26,95%), BBVA (25,94%), Edenor (22,73%), TGS (21,98%), Grupo Galicia (21,44%), Comercial del Plata (20,09%), Macro (19,53%) y Central Puerto (19,34%).
Sin embargo, analistas advirtieron que no parece una suba sustentable, dado que los fundamentos económicos no cambiaron como para mostrar un escenario muy distinto al que se exhibía hasta el viernes previo a las elecciones.
La apuesta de inversores y traders se centra en la posibilidad de que el gobierno se encuentre empoderado para llevar adelante políticas reformistas que pide el mercado y que permitirían establecer una economía más vinculada a las finanzas y la especulación, acompañada por una flexibilización de las condiciones laborales y tributarias.
El presidente Milei, tras la victoria, aseguró que buscará cerrar acuerdos con los gobernadores aliados para aprobar las reformas que intenta impulsar. “Tenemos que sentarnos a buscar los nuevos acuerdos”, insistió el mandatario durante una entrevista el lunes posterior a los comicios.
