Javier Milei volará a Nueva York junto a Luis Caputo para participar en la Asamblea General de la ONU e impulsar su “batalla cultural”, aunque sin encuentros con Joe Biden o Donald Trump en agenda.
Este sábado 21 de septiembre el Presidente Javier Milei viajará a Nueva York para emitir su primer discurso ante la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Junto a él, viajará una reducida comitiva compuesta por el Ministro de Economía, Luis Caputo; la Canciller, Diana Mondino; y la Secretaria General, Karina Milei.
El nuevo viaje se da mientras el Gobierno Nacional busca avanzar en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de cara a la discusión de un nuevo programa. que sería el tercero con la entidad en seis años. Por lo pronto, Caputo no estaría acompañado por otros miembros de su equipo económico.
Si bien esta vez el viaje internacional del Presidente no tendrá por objetivo codearse con empresarios y millonarios, el libertario tampoco tiene en agenda ningún encuentro con funcionarios norteamericanos y tampoco planea viajar a Washington D.C. para establecer contacto formal con la Casa Blanca o el FMI.
Milei había comenzado su gestión con una seguidilla de gestos diplomáticos para estrechar los lazos de la República Argentina con Estados Unidos. Sin embargo, las relaciones con los dirigentes norteamericanos parecen haberse enfriado de cara a las elecciones presidenciales que el país celebrará este año.
Aunque el país anfitrión organizará un cocktail después de los discursos de António Guterres (secretario de la ONU) y Biden, Milei aún no ha confirmado su asistencia, y desde su entorno aseguran que el viaje responde únicamente a una “visita institucional a la ONU”.
Además, cabe señalar que en Casa Rosada descartan una nueva foto con el líder republicano Donald Trump, pese a que es probable que esté en Nueva York el día de la Asamblea. El multimillonario previamente se había mostrado cercano al mandatario argentino.
Negociaciones con el FMI
Por el momento reina la incertidumbre sobre el inicio de las negociaciones con el FMI, aunque la entidad a cargo de Kristalina Georgieva tuvo un inusual gesto con el libertario al apartar al director del Hemisferio Occidental del FMI, Rodrigo Valdés, de las conversaciones con Argentina.
El chileno había sido fuertemente cuestionado por Milei, quien lo definió como un “izquierdista” y denunció ante el directorio del Fondo su incomodidad por la relación con Sergio Massa.
Evidentemente la entidad prefirió evitar la continuidad de este conflicto, aunque tanto Washington como Buenos Aires reconocen que quién sea el encargado de negociar con Argentina no alterará los términos de un nuevo acuerdo. Por lo pronto, aún no comenzaron las negociaciones para lo que sería el tercer programa en seis años.
Según especialistas, la iniciativa responde a un circuito de relaciones de los departamentos del staff técnico y el board, que está controlado por los países del G7, con una particular influencia de Estados Unidos. Por otro lado, implica que Argentina ya no tendrá excusas para avanzar con el diálogo.
Sin embargo, en Casa Rosada sostienen que la renegociación depende de la predisposición del propio fondo, y aseguran que “no podemos hacer más de lo que ya hicimos y estamos haciendo con nuestra política económica: este ajuste, el superávit, haber bajado la inflación, estabilizado. Más no podemos hacer“.
Lo cierto es que el Gobierno Nacional está desesperado por recibir un desembolso del FMI a corto plazo, que sería útil para eliminar el cepo cambiario y avanzar con el programa de Milei. Aun así, aseguran que están en condiciones de levantar las restricciones sin los fondos, aunque esto implicaría una “catástrofe social”.
Las conversaciones con el organismo se están llevando a cabo informalmente, pero se encuentran en una etapa inicial. Por eso desde el entorno de Milei prefieren no dar una fecha clara para la renegociación formal.
“Hay posibilidades” de que se concrete este año, asegura el equipo económico, aunque admiten que esto “es improbable“. Por otro lado, hablan de “parar las ansiedades”. “El FMI reconoce el esfuerzo que hace la Argentina. Somos optimistas“, afirmó al respecto el Jefe de Gabinete Guillermo Francos.
“Siempre el gobierno nacional tiene la intención de llegar a mejores entendimientos con el FMI. Ha habido algunas decisiones del Fondo en estos últimos días que demuestran también la intención que tienen de buscar un mejor diálogo con la Argentina. Así que ellos reconocen el esfuerzo que está haciendo el país por encausarse, de modo que nosotros somos optimistas en esto y lo vamos a intentar por los distintos medios”, expresó públicamente.
Efectivamente, en Washington ven con buenos ojos el ajuste de Milei y valoran que haya cumplido con las metas fiscales. La caída de la inflación también fue celebrada, aunque la cifra parece haberse estabilizado en un 4% mensual.
Existe la percepción de que la obsesión del gobierno argentino con el superávit ha ayudado a anclar las expectativas, aunque también hay dudas sobre el sostenimiento del plan económico a mediano y largo plazo, y sobre la coherencia entre las políticas monetaria y cambiaria con el superávit fiscal.
Los “fondos frescos” que Caputo promete desde hace meses podrían consolidar la estabilización, pero Argentina necesita reducir el riesgo país para financiarse en los mercados, mientras que la necesidad de que un nuevo acuerdo con el FMI sea avalado por ley genera incertidumbre.
El paso más importante para los libertarios será lograr que se apruebe el Presupuesto Nacional 2025.
Discurso ante la ONU
En medio de esta situación se dará el discurso de Milei en la ONU, aunque se espera que el mandatario siga la línea de su intervención en Davos, donde denostó el “colectivismo” y la Agenda 2030 (que se asocia a la promoción de la igualdad de género y advierte sobre el cambio climático).
Para el mandatario, las intervenciones de las organizaciones multilaterales debería limitarse a la de otorgar relaciones crediticias. Esto sería parte de su elocución, que prioriza su “batalla cultural” en el escenario internacional, y confronta con la postura de Biden y el Partido Demócrata.
Sin embargo, también planea reforzar su posicionamiento contra el supuesto “sometimiento” que ejerce China sobre la región. Esto sería un guiño a los intereses de Estados Unidos en América Latina.
Es que al país norteamericano le preocupa que las cadenas de valor latinoamericanas son dependientes del gigante asiático, al tiempo que desde Pekin buscan avanzar con inversiones estratégicas en infraestructura.
Desde Washington aseguran que esto implicaría una vulnerabilidad para la seguridad nacional de estos países, aunque la verdadera preocupación de la Casa Blanca es el avance de China en territorio comercial y financiero. Es que los norteamericanos buscan tener garantizado el acceso a recursos naturales, especialmente los minerales críticos.
Otro elemento que posiblemente atraviese el discurso -aunque de forma indirecta- serán las elecciones estadounidenses. En este contexto, es posible que Milei modere su apoyo a Donald Trump durante su discurso, dado el auge de la candidatura de Kamala Harris y el emparejamiento de ambos candidatos en las encuestas.
Elecciones en Estados Unidos
El eventual cambio de administración de la Casa Blanca marca la agenda del libertario, ya que en Estados Unidos la campaña electoral se lleva la atención de Trump. El republicano se muestra como su principal aliado en las negociaciones con el FMI y recientemente protagonizó el primer debate con Kamala Harris.
También se espera que las elecciones ocupen la atención del gobierno norteamericano, ya que no se esperan movimientos bilaterales hasta el 5 de noviembre. Luego de la elección deberá asumir el nuevo jefe de estado en enero.
En este contexto, el interés consiste en saber si la política diplomática del libertario tendrá continuidad y estabilidad más allá del resultado electoral. Desde el entorno de Milei aseguran publicamente que será así, pero reconocen el interés por el triunfo de Trump.
“Seguramente si ganaran los republicanos nos resultaría todo más fácil. Trump levantaría el teléfono para ayudarnos con el Fondo, ese tipo de cosas”, comentan. Por lo pronto, un encuentro con el candidato está casi descartado.
En este marco cobra relevancia la visita agendada de Nayib Bukele al país a fines de septiembre para reunirse con Milei. El libertario encuentra en el presidente de El Salvador a una figura afín debido a su discurso disruptivo.
Por eso lo invitó a su asunción el 10 de diciembre, aunque Bukele envió a su secretario de Seguridad, Héctor Villatoro Funes. Luego el propio Milei fue a El Salvador para asistir a la celebración de su reelección. También Patricia Bullrich viajó al país para reunirse con él.
En ese sentido, interesa el éxito de su modelo de seguridad y so postura frente a la política tradicional. Sin embargo, la economía de Bukele se caracteriza por estar en las antípodas de los libertarios, con un modelo de regulación estatal e intervención permanentes.
En el plano electoral, su intención de remover la Corte Suprema del país captó la atención de Kamala Harris en mayo de 2021, quien manifestó su rechazo y adelanta cómo será la relación con el país en caso de triunfar en las elecciones.
La situación con Trump no es mejor, ya que al republicano lo inquieta el vínculo de El Salvador con China y la migración de salvadoreños a Estados Unidos, un eje en la campaña del multimillonario.
En esa línea, el candidato republicano dijo en un reciente discurso que Bukele había podido bajar la criminalidad por un acuerdo con Los Maras para que se vuelvan a Estados Unidos.