Finalmente, tras intensas negociaciones y pujas, oficialismo y oposición llegaron a consensuar el proyecto para la refinanciación de la deuda de 45 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que contrajo la gestión de Mauricio Macri. El texto autoriza la refinanciación de la deuda, pero no el programa económico pactado con el organismo.
El jefe del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez, propuso una redacción unificada, que contempló el reclamo de la alianza Juntos por el Cambio y del lavagnista Interbloque Federal, y que establece el respaldo a la refinanciación pero que deja fuera de la órbita parlamentaria el programa económico al que el Gobierno arribó con el FMI.
El presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, que encabezó las negociaciones con la oposición se encontró en dos oportunidades con el presidente Alberto Fernández en Casa Rosada, que con todas propuestas y opciones sobre la mesa dio anoche el visto bueno al texto unificado para evitar que Argentina entre en default, aunque resignando su propia propuesta ante las imposiciones de la oposición.
El plenario de las comisiones de Presupuesto y de Finanzas dio dictamen mayoritario al nuevo texto y hoy irá al recinto de la Cámara de Diputados con el respaldo de la mayoría de los bloques políticos. Aunque también habrá votos en contra y abstenciones, incluso dentro de la propia coalición oficialista.
El texto unificado quedó reducido a tres artículos, dos de ellos de forma. La modificación dejo de lado la referencia a la refinanciación de la deuda contraída por Macri, los anexos que detallan los parámetros que incluyen los detalles del acuerdo firmado con el FMI y hasta los fundamentos originales del proyecto y la responsabilidad del gobierno de Cambiemos en el fabuloso endeudamiento y acumulación de vencimientos impagables. La alianza opositora lo celebró como una victoria.
El debate por el proyecto consensuado generó una nueva tensión en el oficialismo, entre la postura de Massa por conseguir los acuerdos y Martín Guzmán, que definió el texto original que envió al Congreso como una “misma propuesta” y defendió contra viento y marea ante propios y extraños. La posición del ministro de Economía y principal negociador con el FMI quedó debilitada.
Se espera ahora que el tratamiento en el Cámara no tenga mayores sobresaltos, al contar con el aval de las principales fuerzas políticas.