Tras el golpe de estado en Bolivia, la petrolera estatal del país andino, YPFB, comunicó que posiblemente no pueda inyectar gas con destino a Argentina. Esto sucede a raíz de la toma de plantas de hidrocarburos en el país vecino, situación que genera que la reducción de los envíos sea una posibidad más que cierta y pone en vilo a la provincia de Córdoba y al Noroeste Argentino, que podrían sufrir un desabastecimiento.
Este martes, la petrolera YPFB comunicó a nuestro país la posibilidad de la reducción o interrupción de la inyección de gas con destino a Argentina, dada la toma del campo Carrasco y de estaciones de bombeo y compresión de hidrocarburos aledañas.
Como respuesta ante esta situación, el gobierno argentino evalúa una serie de alternativas que en conjunto no resultarían ser suficientes para eliminar el impacto de la situación. Se habla de la utilización de reservas de gas natural licuado almacenado en la terminal de Escobar, del aumento de la producción local e incluso, de importar gas desde Chile.
De todos modos, la afectación depende de la cantidad de gas que deje de inyectar Bolivia en la red argentina. Actualmente se entregan entre 10 y 11 millones de metros cúbicos por día.
Una reducción de tan solo 5 millones de m3/día generaría un fuerte impacto que se traduciría en desabastecimiento a pueblos y ciudades, así como a industrias y centrales térmicas.
El titular de la Cámara de Expendedores de Combustibles de Santiago del Estero, Pedro Llovarndi, precisó que “todo el NOA y el 70% de Córdoba se abastecen de gas boliviano”.
Además, en una entrevista radial agregó que “no hay posibilidad de inyectar gas desde el centro al norte del país. Si se corta el suministro, automáticamente en cuestión de horas se quedan sin producto todas las cañerías”.
Por otra parte, Llorvandi advirtió que en caso de incumplimiento de los envíos, Bolivia “estaría violando contratos a nivel internacional” y que “los contratos son hechos para ser cumplidos, máxime cuando son internacionales y peor aun cuando esos contratos son de energías”. Sin lugar a dudas, se trataría de un grave conflicto internacional que podría poner en jaque al gobierno de la usurpadora Jeanine Áñez.
Además, Eduardo José Fernández, Director de la carrera de Especialización de Petróleo y Derivados de la UBA y consultor de mercados energéticos precisó que “los gasoductos Neuba I y II, el Centro-Oeste y el San Martín -que son los que traen gas desde Neuquén y desde el sur- están completos y aun en verano están trabajando a full”.