El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, estuvo presente ayer en Casa Rosada durante el Acto del Día Internacional de las Mujeres donde se mostró afectuoso con el Presidente Alberto Fernández. Horacio Rodríguez Larreta faltó a la invitación para no cruzarse con el formoseño.
La polémica en torno a Insfrán se desató con la represión desatada días atrás por las fuerzas de seguridad de su provincia contra las manifestaciones que se oponían al regreso de las restricciones, ordenadas debido a un crecimiento de los contagios por covid-19 en un distrito con muy bajo índice de casos de coronavirus.
Sin embargo, no es la primera vez que Insfrán está en el centro de las polémicas y no sorprende: gobierna Formosa desde 1995 y, como para tomar carrera, ocupó la vicegobernación los ocho años previos, desde 1987.
Toda una vida para transformar su distrito en un bastión del peronismo y, según la mirada opositora, en un icono de todo lo que no debe hacer un “gobierno republicano”. Un modelo al que se plantea adherir o rechazar sin medias tintas. La obsesión de la oposición liberal y radical de volver a Forma nuestra Venezuela.
Larreta eligió este lunes no asistir a la Casa Rosada por para no cruzarse con el gobernador formoseño.
En el Museo del Bicentenario se firmó el Acuerdo Federal para una Argentina Unida contra la violencia de género, al que suscribió el Jefe de gobierno porteño, pero sin asistir de manera presencial ni virtual.
Insfrán fue parte de los mandatarios que asistieron de forma presencial al encuentro y, tras la firma del acta, intercambió un saludo afectuoso con el Presidente. Durante el acto, Fernández agradeció a todos los gobernadores asistentes y también “a los que no” asistieron, ya que todos suscribieron al Acuerdo Federal.
“Me solidarizo con todos los formoseños y condeno enérgicamente lo que está ocurriendo en esa provincia“, dijo Larreta en un breve comunicado luego del acto.
En línea con las duras críticas que lanzó el pleno de la dirigencia de Juntos por el Cambio en la última semana, el mandatario porteño declaró:
“Lo que sucedió en estos días es consecuencia de muchos años avasallando las instituciones y que en muchas situaciones no se respeta la Constitución, como la aduana interna que se estableció y que impide a las personas la libre circulación”.
El texto no hace alusión a la represión de las fuerzas formoseñas, tal vez para evitar generar un blanco fácil de respuesta ante las denuncias que acumuló la Policía de la Ciudad por su accionar en reiteradas ocasiones.
Por ejemplo, durante la marcha para exigir la aparición con vida de Santiago Maldonado a un mes de su desaparición, en septiembre de 2017; dos meses después en las inmediaciones del Congreso, durante el debate de la reforma previsional que impulso el entonces presidente Mauricio Macri, y en noviembre pasado, durante el velatorio de Diego Maradona.
“Insfrán es el modelo de tirano que avala el Presidente”, dijo Patricia Bullrich cuando estalló la represión. La Coalición Cívica habló de “violación sistemática a los derechos humanos” y pidió la intervención federal de la provincia.
En medio de las críticas, denuncias y protestas, el pasado sábado el Presidente había expresado su preocupación por la situación de Formosa y había cuestionado la “violencia institucional” de parte de la policía local como respuesta a las protestas contra el regreso a la Fase 1 de la cuarentena. A la vez, el comunicado de la Secretaría de Derechos Humanos fue crudamente cuestionado por la oposición.
El senador formoseño José Mayans respondió este lunes sin vueltas. “Juntos por el Cambio está buscando que haya un muerto en Formosa“, advirtió. El presidente del bloque del Frente de Todos en el Senado aseguró que “la oposición encontró una oportunidad en la pandemia” y añadió que “está en plena campaña mientras nosotros estamos administrando el país“.
Formosa es, junto a Catamarca y Santa Cruz, una de las tres provincias argentinas que contempla la reelección indefinida del Ejecutivo en su Constitución. El 16 de junio de 2019, la fórmula Insfrán-Solís ganó las elecciones provinciales con el 70,64% de los votos al frente de una constelación de más de 50 sellos partidarios con el PJ a la cabeza.
La provincia representa poco más del 1% del padrón electoral nacional. La disputa es simbólica y es política y encontró un nuevo escenario para desarrollar posicionamientos.