En la denuncia, la mujer explica que “el senador estipuló que mis funciones fueran desempañadas desde mi domicilio. Nunca tuve un trato de amistad ni de confianza, sí de respeto por su función”. “Ilusamente pensé que trabajar junto a él era el lugar indicado para mí. Para mí era un desafío profesional por mi formación académica. El senador nunca leyó ninguno de mis informes“, aseguró la denunciante.
“Nunca tuve con Marino un trato de amistad ni de confianza, sí de respeto por su función. Hipólito Solari Yrigoyen fue la persona que me había puesto en contacto y recomendado con Juan Carlos Marino. Recuerdo que en esa oportunidad cuando le pedí que me recomendara con él, Solari Yrigoyen me preguntó si yo estaba en pareja, si tenía hijos, y si vivía sola, lo cual me sorprendió, puesto que se trataba de preguntas de índole personal que nada tenían que ver con las funciones que yo iba a cumplir”, manifestó.
“Fue así que desde hace un año aproximadamente y hasta hace alrededor de tres meses asesoré al Senador por la provincia de La Pampa Juan Carlos Marino. Marino estipuló que mis funciones fueran desempañadas desde mi domicilio y presentaba los informes y cubría los debates parlamentarios cuando se me solicitaba que participara de la comisión” afirmó la mujer.
“Al mes de empezar a trabajar, comencé a recibir mensajes de WhatsApp a mi celular que conservo actualmente. En esos mensajes me decía ‘¿Dónde estás?’ ‘¿Dónde vivís?’ ‘Voy a estar por allá; me doy una vuelta’ ‘Prepárate, que voy a tu casa’. Me enviaba videos alusivos al sexo” algo que sucedía “constantemente, varias veces por semana” según manifestó y agregó que “trataba de contestarle con respuestas evasivas que no comprometieran mi trabajo y que tampoco le den a pensar que yo estaba interesada en lo que me proponía”.
“La primera vez que me presenté en el despacho de Marino, me hizo pasar a su oficina donde se encontraban varias asistentes que al notar mi presencia automáticamente salieron del despacho”, señala la denuncia.
“Una vez que nos encontramos solos directamente me toco los pechos, y me preguntó cuándo íbamos a tomar un café, me dijo que aguardara su llamado que en cualquier momento nos veíamos. También me dijo que me manejara con su jefe de despacho, Pedro Fiorda, alias ´Cachi´.
Al mes siguiente, concurrí al despacho del Senador, me atendió en esta oportunidad Pedro Fiorda, quien me hizo pasar a su oficina, en esta ocasión me dio conversación, me invitó a sentarme, me comentó que Marino tenia aspiraciones de ser gobernador de la Provincia de La Pampa y que tenía intenciones de hacer una operación política acusando de pedofilia al por entonces pre candidato a Gobernador de La Pampa por Cambiemos”, dijo.
“Luego de ello, Fiorda me tomó de los dos brazos con fuerza, y me introdujo su lengua dentro de mi boca con violencia, yo intenté separarlo pero no lo logré. Luego me dijo “Te voy a llamar a ver como seguimos”, denunció la mujer.
“Los días siguientes a este episodio me llamó insistentemente a mi teléfono celular desde el suyo, el abonado, para que nos veamos. Yo nunca atendí. Sentí asco y mucho miedo por lo que había sucedido. Al día siguiente, caí en cama con un fuerte cuadro de stress, fiebre alta, ganglios inflamados y dolor en todo el cuerpo. Todo ello se puede corroborar a través de OSDE puesto que llamé al servicio de emergencias de mi Obra Social por esta situación. No recuerdo con precisión qué día ocurrió lo que describo, pero sí que fue un 14 o 13 de marzo o abril de este año aproximadamente”, dijo.
Siguió en la denuncia diciendo que “cuando me recuperé físicamente, tuve que ir a firmar mi presentismo, le solicité a Claudio Presman, actual titular del INADI, y amigo personal mío, que me acompañe. Luego de lo ocurrido a mi pedido, con la ayuda de Presman, me trasladaron a la Dirección General de Investigación y Capacitación del Senado de la Nación, cuyo director es Fernando Bernabé Rocca, donde cumplo funciones actualmente”.