La unificación del arco peronista le brindó al gobernador Sergio Uñac una cómoda victoria en las PASO sanjuaninas. Obturvo el 55,76% de los votos, dejando muy lejos a Marcelo Orrego, que cosechó apenas el 32,18% aún deshaciéndose de la gastada marca Cambiemos. Las elecciones generales se celebrarán el 2 de junio, pero ante la amplia diferencia entre ambos se vaticina una nueva y aplastante derrota para el candidato de Macri.
La primera prueba electoral del año fue en La Pampa, donde el candidato PRO y mimado por Macri, Carlos Mac Alliseter, perdió por goleada con el radical Daniel Kroneberger.
Después de bajar los candidatos PRO por pedido de la UCR en Santa Fe, Cambiemos tuvo otra aplastante derrota en Neuquén donde sólo logró el 15,24% quedando en tercer lugar lejos del candidato de Unidad Ciudadana (que obtuvo 26,08%) y del triunfador Omar Gutiérrez, que recibió el 39,70%, siendo electo gobernador por un nuevo mandato.
En Córdoba la grieta se tornó insalvable a partir de que tanto el candidato de la Rosada, Mario Negri, como el de la UCR, Ramón Mestre, no lograron acordar para ir a internas y se fracturó la Alianza Cambiemos en una provincia fundamental para el armado nacional, en la que Macri casi cuatro años atrás había obtenido el 70% de los votos en el ballotage contra Scioli.
Los resultados no acompañan y la incertidumbre crece semana a semana con las venideras elecciones en Chubut, Entre Ríos y Mendoza. El temor a que se transformen en una espiral imparable de fracasos para el oficialismo, a partir de la pésima imagen del presidente (cuya imagen negativa a nivel nacional es mayor al 70%), aumenta las posibilidades de que el PRO se vea forzado a permitir internas para la candidatura presidencial, a menos que se Macri se baje de la carrera por la reelección. No es primicia que el plan V está en marcha.
