El 11 de mayo de 1813, la Soberana Asamblea General Constituyente aprobó por decreto, como “única Marcha Patriótica en las Provincias Unidas del Río de la Plata” a la canción patria que identifica a las y los argentinos, y que tuvo su primera interpretación en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson. Por ese motivo, todos los 11 de mayo se conmemora el Día del Himno Nacional Argentino.
El original tenía 9 estrofas y duraba unos 20 minutos. Años después, se decidió recortar varias estrofas, mutilándose la historia de la argentinidad, que sirve para pensar un país unido, reinado por la noble igualdad y que celebra la libertad de los pueblos del mundo.
La creación del Himno Nacional Argentino
La Asamblea General Constituyente fue un congreso de diputados de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que sesionó desde el 31 de enero de 1813 hasta el 24 de enero de 1815 y reunía no sólo representantes de las provincias que hoy forman parte de argentina sino también de Chuquisaca, Potosí, Mizque, Montevideo y Maldonado.
El autor de la letra del Himno Nacional Argentino fue Vicente López y Planes, escritor, abogado y político argentino. López y Planes fue luego Presidente Provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, entre el 7 de julio y el 18 de agosto de 1827.
La música fue compuesta por Blas Parera, nacido en España, que en 1797 se radicó en Buenos Aires. Posteriormente, participó en la defensa y en la reconquista de la ciudad contra los invasores ingleses.
Por su parte, la celebre Mariquita Sánchez de Thompson fue una mujer y patriota Argentina, esposa de Martín Jacobo Thompson primero, y luego de Juan Washington de Mendeville. En su hogar se cantó por primera vez el Himno Nacional Argentino y ella misma interpretó las primeras estrofas de la gloriosa canción argentina.
¿Cuándo y por qué se recortaron estrofas del himno?
Ya en 1900, durante la presidencia del general Julio Argentino Roca, el mandatario definió abreviar las estrofas del himno mediante el decreto del 30/3/1900. El motivo era que la letra molestaba y complicaba las relaciones con el “ibérico León”, el reino de España, perdiéndose así el sentido revolucionario y americanista del original, sancionado por los padres del sur de la Patria Grande.
Según el decreto de Roca, “el himno contiene frases que fueron escritas con propósitos transitorios, las que hace tiempo han perdido su carácter de actualidad”. Además, estas frases “mortifican el patriotismo del pueblo español y no son compatibles con las relaciones internacionales de amistad, unión y concordia” entre Argentina y España.
No obstante, Roca reconoció que “el poder ejecutivo no puede alterar el texto oficialmente consagrado por una sanción legislativa”, por lo que seleccionó cuáles serían las partes que se cantarían.
“En las fiestas oficiales o públicas, así como en los colegios y escuelas del Estado, sólo se cantarán la primera y la última cuarteta y el coro de la Canción Nacional sancionada por la Asamblea General el 11 de mayo de 1813” definió el decreto de Roca, desguazando el sentido original del Himno.
El Himno Nacional Argentino completo en su bicentenario
El 11 de mayo de 2013, la TV Pública argentina transmitió una versión original y completa del Himno Nacional Argentino en el Bicentenario de su Creación. En la versión completa, se narran los sucesos políticos de la Revolución de Mayo a lo largo de las 9 estrofas.
El arreglo fue realizado por José Luis Castiñeira de Dios y tuvo la participación de los solistas Víctor Heredia, Guillermo Fernández, Daío Volonté y Verónica Condomí. Fueron acompañados por un grupo instrumental, el Coro dirigido por el Maestro Carlos Papolla y la Banda del Colegio Militar de la Nación.
Una versión latinoamericanista del Himno Nacional Argentino
Finalmente, compartimos una versión libre del Himno Nacional Argentino de Javier Rodríguez y otros, en el que se respeta el texto y la melodía original, al tiempo que se introducen ritmos folklóricos autóctonos y latinoamericanos, elementos que no son ajenos al texto, al menos desde lo conceptual.
La letra original completa
Oíd, mortales!, el grito sagrado:
¡libertad!, ¡libertad!, ¡libertad!
Oíd el ruido de rotas cadenas
ved en trono a la noble igualdad.
Se levanta a la faz de la Tierra
una nueva y gloriosa Nación
coronada su sien de laureles
y a sus plantas rendido un león.
De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar
la grandeza se anida en sus pechos
a su marcha todo hacen temblar.
Se conmueven del Inca las tumbas
y en sus huesos revive el ardor
lo que ve renovando a sus hijos
de la Patria el antiguo esplendor.
Pero sierras y muros se sienten
retumbar con horrible fragor
todo el país se conturba por gritos
de venganza, de guerra y furor.
En los fieros tiranos la envidia
escupió su pestífera hiel.
Su estandarte sangriento levantan
provocando a la lid más cruel.
¿No los veis sobre Méjico y Quito
arrojarse con saña tenaz,
y cuál lloran bañados en sangre
Potosí, Cochabamba y La Paz?
¿No los veis sobre el triste Caracas
luto y llanto y muerte esparcir?
¿No los veis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir?
A vosotros se atreve, argentinos
el orgullo del vil invasor.
Vuestros campos ya pisa contando
tantas glorias hollar vencedor.
Mas los bravos que unidos juraron
su feliz libertad sostener,
a estos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.
El valiente argentino a las armas
corre ardiendo con brío y valor,
el clarín de la guerra, cual trueno,
en los campos del Sud resonó.
Buenos Aires se pone a la frente
de los pueblos de la ínclita Unión,
y con brazos robustos desgarran
al ibérico altivo león.
San José, San Lorenzo, Suipacha.
Ambas Piedras, Salta y Tucumán,
la colonia y las mismas murallas
del tirano en la Banda Oriental,
son letreros eternos que dicen:
aquí el brazo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló.
La victoria al guerrero argentino
con sus alas brillantes cubrió,
y azorado a su vista el tirano
con infamia a la fuga se dio;
sus banderas, sus armas se rinden
por trofeos a la Libertad,
y sobre alas de gloria alza el Pueblo
trono digno a su gran Majestad.
Desde un polo hasta el otro resuena
de la fama el sonoro clarín,
y de América el nombre enseñando
les repite: ¡Mortales, oíd!
Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud!
Y los libres del mundo responden:
¡Al gran Pueblo Argentino, salud!
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
(Se canta después de cada estrofa)