Cambiemos entró en una espiral de desintegración e intenta a toda costa evitar la caída del presidente Mauricio Macri, víctima de su propia política neoliberal, que sigue cayendo en todas las encuestas hacia el abismo de la ingobernabilidad. Apenas está logrando frenar el “golpe interno” que sectores de Cambiemos y el círculo rojo impulsan a través del “Plan V”, y para recuperar un poco de aire exploran un posible acuerdo con el peronismo antikirchnerista, a través de la figura del senador Miguel Ángel Pichetto.
Se trata de un acuerdo de 10 puntos, que más tienen de marketing que de realidad política, pero que -creen- frenaría la caída en picada de la imagen presidencial y fortalecería el cuasi extinto peronismo antikirchnerista, que jamás logró despegar en los sondeos de intención de voto.
La negociación está siendo encabezada por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, con el senador Pichetto, a estas alturas poco más que el operador político de Roberto Lavagna. La idea es aislar a Cristina Fernández de Kirchner, la favorita en las encuestas, pero la reticencia de Sergio Massa a participar de esta estrategema la transforma en poco más que voluntarismo político.
Massa mismo afirmó hace pocos días atrás que “el gobierno debe convocar a Cristina Fernández de Kirchner” a la que denominó como “la dirigente más importante de la oposición” con la finalidad de “que el presidente termine su mandato”. Frigerio no pudo reunirse con Massa, pero si contactarlo por teléfono. No mucho más.
Los puntos propiciados por Macri en su nuevo giro “peronista” no son mucho más que expresiones de deseo como “mantener el equilibrio fiscal”, que “el Banco Central sea independiente”, que “bajen la inflación como en los países vecinos”, “consolidar la seguridad jurídica”, “creación de empleo a través de una nueva legislación laboral”, “reducir la carga impositiva”, “consolidar un sistema previsional sostenible” y “cumplimiento de las obligaciones con los acreedores”.
De ellos, el único que podría tener una consecuencia política sería la modificación de la legislación laboral y previsional para exprimir aún más el alicaído poder adquisitivo de trabajadores activos y pasivos, léase jubilados. Con quienes si se reunió Frigerio es con Pichetto y Juan Manuel Urtubey, quienes se fotografiaron con el presidente.
Frigerio presiona a los dirigentes del peronismo “racional” para que sumen a Sergio Massa a la foto y de este modo, Macri tenga la foto del acuerdo final, reaparezca como “el presidente del diálogo” y deje a CFK en una posición incómoda de “no querer acordar con el gobierno”. Dirigentes cercanos a Massa comentan que a estas alturas, sacarse una foto con Macri es menos preferible que tirarse un tiro “en las gambas”.
Efectivamente, el tigrense sabe que los intendentes y legisladores del Frente Renovador quieren que arregle con CFK y baje su candidato para la gobernación de Buenos Aires. El precandidato a gobernador del massismo, Jorge D’Onofrio, se reunió con el intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini y twiteó: “La construcción de una nueva mayoría es con todos y todas. Estuvimos con el intendente Nardini y trabajamos sobre los ejes claves para recuperar la Argentina”.