La investigación que realiza Alejo Ramos Padilla sobre la red paraestatal de espionaje conformada por sectores de la justicia, políticos afines a Macri, integrantes de la AFI y periodistas de medios hegemónicos sigue alterando los nervios de importantes funcionarios judiciales de Comodoro Py.
Hace unos días, el juez Claudio Bonadio se acercó al despacho del camarista Martín Irurzun ante la desesperación de una investigación en la que está cada vez más comprometido, como su aliado, el fiscal Carlos Stornelli. “Tenes qué parar esto, nos están llevando al cementerio”, le dijo al camarista, según contó ayer Horacio Verbitsky en el blog El Cohete en la Luna.
En Comodoro Py a pocos le interesa la suerte del fiscal Stornelli, algo que se nota en que la mayoría de sus colegas le han retirado el saludo. Una movilización en su respaldo no alcanzó a juntar 50 personas y el fin de semana que pasó, los medios hegemonicos empezaron a hablar de sus “errores propios” para soltarle la mano.
“Una cosa es utilizar a los servicios y otra es hacerte amigo”, dicen sus colegas quienes además agregan: “Y para colmo manda a investigar al ex de su mujer y planifican meterle droga para meterlo preso, está loco el gordo”.
La nota de Verbitsky manifiesta que, luego de conversar con Bonadio, el camarista recibió al abogado Fernando Archimbal, quien defendió a Mauricio Macri en la causa por las escuchas ilegales, en la que fue sobreseído tras alcanzar el sillón de Rivadavia.
La única razón por la que el establishment no termina de soltarle la mano al fiscal Stornelli es porque podría pasarse al bando de los arrepentidos, como su colega mercedino, el fiscal Juan Ignacio Bidone y el ex AFI “Rolo” Barreiro.
La causa que investiga la red de espionaje ilegal no parece tener fin y sigue generando nuevas revelaciones. El viernes pasado se presentó ante Ramos Padilla, la ex abogada de Leonardo Fariño, Giselle Robles, para entregarle chats y mails del ministro de Justicia Germán Garavano. En ellos se comunica con Fariña, para negociar su libertad e importantes sumas de dinero con tal de que “involucre” a la ex presidenta en la causa por presunto lavado de dinero en la que se investigaba al empresario Lázaro Baez.
Según la versión de la abogada, el encuentro se desarrollo en el ministerio pero fue extraoficial, ingresando Fariña en auto por el subsuelo. Durante las conversaciones, Garavano adelantó que removerían al juez Carlos Rozansky, quien era parte del tribunal de La Plata donde Fariña enfrentaba una complicada causa. Finalmente, el ministro le pidió al financista que continúe declarando “en la línea de lo que venía haciendo el último tiempo”. Por ese entonces, Fariña ya había sido contactado por agentes de la AFI y recibía el “guión” por e-mail. Además reveló que el encuentro entre Fariña y Garavano fue arreglado por el periodista Luis Majul.
