Gustavo Béliz busca quedarse con la presidencia del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) luego de su intento fallido del año pasado por ser votado al frente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La anteriormente llamada Corporación Andina de Fomento se quedó sin presidente la semana pasada, cuando el peruano Luis Carranza pegó el portazo.
El peruano dejó el organismo, con sede en Caracas, casi un año antes de que se venciera su mandato. La razón de su salida anticipada la dejó por escrito:
“Los directores por Argentina me solicitaron verbalmente y a través de mensajes escritos a principios de 2020 que designe como vicepresidente a una persona que no reunía las condiciones para el cargo”, denunció Carranza.
Uno de esos directores es el propio Béliz. El otro es Christian Asinelli, que ya había tenido cortocircuitos con Carranza.
Las diferencias de Carranza con los argentinos explotaron cuando el Directorio de la CAF se rebeló y no apoyó la designación de Bernardo Requena, como vicepresidente de Programas de Países.
Ahora, en el Gobierno confirmaron las intenciones del secretario de Asuntos Estratégicos, que había quedado a mitad de camino en las elecciones del BID en septiembre pasado.
Béliz, uno de los asesores más importantes de Alberto Fernández, había insistido hasta prácticamente el final de la carrera por el BID pese a que enfrente tenía al candidato de Donald Trump, Mauricio Claver-Carone, que reunió el consenso en el continente para quedar al mando del organismo multilateral con sede en Washington.
La situación podría ser más favorable para Béliz en la CAF, puesto que todavía tienen injerencia Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela. Por eso los ojos estarán puesto en si el recambio presidencial de Ecuador se produce antes de la designación del nuevo titular del Banco.