La querella de CFK realizó este martes una nueva presentación en el juzgado de María Eugenia Capuchetti en el que le reclaman a la jueza por las pistas que no exploró; pidió que se amplíe la indagatoria y se procese por asociación ilícita a los detenidos por el atentado en su contra e insistieron con la necesidad de investigar a Milman y Carrol.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner compartió en su perfil de Twitter la presentación que realizaron sus abogados José Manuel Ubeira y Marcos Andazábal.
El mensaje que estás viendo surge de la pericia al teléfono celular de Gabriel Carrizo, el tercer detenido por el intento de asesinato en la puerta de mi casa. Las conversaciones que mantuvo esa misma noche con sus contactos, prueban su rol como coautor. pic.twitter.com/KShSCqgb5g
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) November 22, 2022
“Recién intentamos matar a Cristina”
Entre las revelaciones más impactantes del escrito se encuentran nuevos mensajes enviados por Nicolás Gabriel Carrizo (el jefe de los vendedores de algodón de azúcar conocido como “Los Copitos), quien un rato más tarde de que Fernando Sabag Montiel le gatillara a CFK, le escribió a un tal “Kevin Bargas 2“:
“Recién intentamos matar a Cristina. Mi empleado. Le quiso disparar. Va a ir preso. El arma es mía amigo. Te lo juro por Dios. Estamos con el grupo, todos juntos”.
El mensaje fue enviado a las 23:17 del 1 de septiembre, es decir, dos horas después del intento de magnicidio.
Y luego redobló envalentonado:
“Para que el gobierno sepa con quienes se están metiendo. Bueno amigo el que la va a matar seguro va a ser un amigo o voy a ser yo. Recordá esta fecha. Esta hdp ya está muerta”.
En el intercambio con “Kevin Bargas 2“, Carrizo le reenvía un chat con Uliarte, que ya se conocía, donde él le dice “estamos todos juntos, a la mierda Cristina“. “No sabés que hicimos con esto. Generar miedo“, remata Carrizo.
El plan destituyente
Entre los nuevos mensajes revelados, se encuentra uno que expone las claras intenciones de profundizar los atentados políticos, dejando en claro que no se trató de un delito común sino de un ataque a la democracia:
“Estamos pensando matar al jefe de la Cámpora (Máximo Kirchner) y al jefe de la movilización de la izquierda. Matar a Cristina. Para obligar al señor presidente a que renuncie. El y toda sus movilización”.
A una usuaria que figura como “Sol vecina“, Carrizo le dice que había armado un grupo de “ideología liberal” y que por eso “era sospechoso”.
Su defensa había insistido en que el grupo de whatspp, llamado “Girosos“, era para salidas nocturnas. El 31 de agosto, el día previo al ataque, Sabag Montiel dijo ahí: “A Cristina quiero matar...” .
Otro integrante del grupo de los llamados “copitos”, que se había presentado a declarar como testigo, Miguel Angel Castro Riglos, se regodeó en el diálogo interno: “Listo giroso al final puso inestable a la política argentina“.
“Literalmente logramos lo imposible, pusimos inestabilidad al país“, agregaba. Aun así, Capuchetti había descartado su participación.
“Sinceramente, si bajan a Cristina, bajan a la Cámpora; y con esto le damos un golpe terrible al gobierno, ya fue avisada”, se cebaba Carrizo.
También habla con una persona que aparece como “Lia“, pocas horas después del atentado, a quien le dice: “No tenés idea del grupo que formé. Si se dan las cosas bien el trabajo lo voy a terminar yo“.
Lo dice luego de criticar a Sabag porque “no le dio recarga” (la bala no estaba en la recámara de la Bersa que fue secuestrada). “Es un boludo“, dijo.
Al contacto que figura como “Prima Vero”, también Carrizo le decía: “es un golpe que le dimos al gobierno” y “se va a poner peor“.
La desidia de Capuchetti
Las impactantes frases aparecieron en un análisis del celular de Carrizo que hizo la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP), órgano del Ministerio Público Fiscal.
Las detectó la querella de CFK, pero parece que al juzgado de Capuchetti hasta ahora se le habían pasado por alto pese a que el informe está en el expediente hace un mes.
En el inicio del escrito, la defensa de la Vicepresidenta señaló:
“Ante la nula iniciativa de V.S, venimos a señalar la relevancia de evidencias surgidas durante el último mes y a solicitar que se tomen las medidas probatorias y procesales que obliga la información agregada a la causa que todavía no ha sido valorada”.
Las revelaciones parecen demostrar la existencia de un complot de mayor envergadura que los tres únicos detenidos que hay hasta ahora en la causa.
La querella pidió la ampliación de la indagatoria de los tres: Carrizo, Brenda Uliarte y Sabag Montiel; el cambio de calificación de la intervención de Carrizo a coautoría y el procesamiento de los tres “(y, quizás, el de otras personas)” como miembros de una asociación ilícita con ramificaciones deliberadamente inexploradas que tenían por objetivo –además del magnicidio- la renuncia del presidente, Alberto Fernández, y otros asesinatos políticos.
“La justicia federal de la Capital Federal echa mano del artículo 210 CP (asociación ilícita) cuando desea perseguir a personas que no le agradan pero no tiene motivos para hacerlo, y se olvida de su existencia en los pocos casos en los que se cumple la conducta exigida en el tipo penal”, cuestionaron al respecto en referencia a la figura penal con la que incesantemente se persigue a CFK.
Apuntan a que se deje de tratar este tema como un delito cualquiera y se lo investigue en su dimensión institucional.
Los abogados Ubeira y Aldazábal criticaron duramente a la jueza:
“Hace casi un mes que el juzgado tiene este informe a disposición (que, vale decirlo, no lo produjo el propio juzgado, sino el Ministerio Público Fiscal) y no tomó una sola medida, ni probatoria ni jurídica. (…) No fue capaz, siquiera, de profundizar su búsqueda acerca de Carrizo, Uliarte y Sabag Montiel. Otra muestra de que el objetivo no es investigar, sino sacarse de encima esta causa rápido”.
El escrito pide identificar a personas que son por ahora desconocidas. Por ejemplo, “Jesi Celina”, con quien el copito Carrizo mantuvo conversaciones de unos 45 minutos en la madrugada previa al ataque. Tampoco está claro quién es “Kevin Bargas 2”.
Los abogados de CFK también cuestionaron que Capuchetti permitió un “desfile de actores” que testificaron a favor de Carrizo, incurriendo en guiones armados para describirlo como “buena persona”, “sin maldad” o “no una persona violenta”. Sin embargo, en sus sucesivos testimonios incurrieron en mentiras o contradicciones que Capuchetti no profundizó.
Las pistas que llevan a Milman
La querella de Cristina volvió a pedir que se secuestren los celulares de las dos colaboradoras del diputado PRO Gerardo Milman que estaban con él cuando dijo: “cuando la maten voy a estar camino a la costa“.
El escrito agrega un nuevo dato comprometedor para el legislador amarillo:
“Hemos tomado conocimiento de que, una vez que se hizo público su posible involucramiento en el atentado, Gerardo Milman solicitó al personal de recursos humanos de la Cámara de Diputados que diese de baja contratos de algunos de sus asesores. (…) Esto es, otra vez, altamente sospechoso. ¿Por qué Milman no quería que se sepa quiénes trabajaban para él? (…)”, plantean.
¿Carrol se reunió con Uliarte y Sabag Montiel?
La querella también pidió que se profundice la investigación sobre Hernán Carrol, el dirigente de la organización Nueva Centro Derecha (NCD) a quien, desde la cárcel, Sabag Montiel le encargó que le consiguiera un abogado.
Un peritaje citado por Ubeira y Aldazábal muestra “cómo en cuatro días distintos hubo coincidencias de coberturas próximas de antenas entre los teléfonos de Hernán Carrol, Brenda Uliarte, Martín Uliarte (primo de Brenda) y Fernando Sabag Montiel. Además, muestra cómo, el 4 de agosto, el celular de Carrol recibe una comunicación que impacta en la antena de Ángel Pache, domicilio declarado de Gabriel Carrizo”.
Es decir: el peritaje señala que Carrol y miembros de los “Copitos” se encontraron en más de una ocasión.
Carrol había hecho un “vivo” en Instagram con Brenda Uliarte y luego la invitó al cumpleaños de su compañero de NCD Martín Almeida donde fue con Sabag, el 20 de agosto. El juzgado tomó esta pista con un mes de demora.
Ahora un informe de la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (DAJuDeCO) del 8 de noviembre que analizó la geolocalización del celular de Carrol muestra una llamativa coincidencia con la de Brenda Uliarte, su primo Martín y Sabag Montiel los días 1, 6 y 22 de agosto (además del 20).
Martín Uliarte es policía bonaerense y a sus superiores le habría dicho que no hablaba con Brenda, pero no es cierto.