La mesa política del FdT tendría 25 y 30 lugares, pese que a muy pocas horas del encuentro aún se desconoce la lista completa de invitados. Emulando a la socialdemocracia europea, Alberto Fernández logró así licuar el poder decisión de la mesa que, en el mejor de los casos, acordará únicamente publicar un comunicado.
Llegó el día en que la tan mentada mesa del Frente de Todos se reunirá en la sede del Partido Justicialista nacional, y allí habrá 25 sillas, 5 para cada una de las facciones del gobierno: albertismo, massismo, kirchnerismo, sindicatos y gobernadores. Aunque otras versiones apuntan a que habría 5 espacios más, llegando a 30, sin especificar para quiénes.
Alberto Fernández buscó de esta manera erosionar el poder de decisión de una mesa que él sólo quiere convocar para definir detalles electorales, mientras que el kirchnerismo insiste en que si desde la gestión no se mejora de alguna manera el poder adquisitivo de los salarios, la suerte del oficialismo está echada en las elecciones.
Una mesa sin patas
Con la extensa cantidad de miembros que se sentarán esta tarde en la sede del PJ, el cónclave será más un consejo deliberativo que una mesa de toma de decisiones. Con suerte se establecerán condiciones de negociación a futuro y no se tomará ninguna determinación. Lo más que apuntan en estas horas es a ponerse de acuerdo para difundir un documento tras la reunión.
No es sólo el tamaño de la mesa lo que atenta contra su propia operatividad, sino también el reparto de las sillas. La fórmula del 5×5 encierra una imprecisión política: pone en igualdad de condiciones a todos los sectores del Frente. Pero esto resulta una quimera a la hora de analizar la territorialidad y los números.
Primero porque es palpable la diferencia sustancial en materia de trabajo territorial y militante de las distintas organizaciones que componen el Fdt. Bajo esta óptica, el bando que responde a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner es notablemente el mayoritario.
También aquí cabe destacar el rol de los sindicatos, que con sus millones de afiliados (se estima que en Argentina hay 5 millones de personas sindicalizadas) representan un sector clave de la sociedad. Hugo Yasky, Omar Plaini y Héctor Amichetti serán algunos de los gremialistas que participarán del cónclave.
Darle la misma cantidad de asientos a un puñado de funcionarios cercanos al Presidente y a representantes de centenares de miles de afiliados y militantes activos resulta cuanto mínimo curioso.
Ausencias y falencias
Otro caso paradójico es el del gobernador bonaerense Axel Kicillof, quien asistirá a la reunión junto al chaqueño Jorge Capitanich por el lado de los gobernadores, de los cuales iría uno por región.
Kicillof gobierna el principal distrito electoral del país, donde habita el 38% del padrón electoral nacional. ¿Con qué argumento se puede afirmar que el mandatario bonaerense tiene la misma relevancia que funcionarios albertistas como el jefe de gabinete Agustín Rossi, la ministra Victoria Tolosa Paz, el canciller Santiago Cafiero y el vicejefe de gabinete Juan Manuel Olmos?
Como si fuera poco, dos de los tres principales líderes de la coalición no estarán presentes en el convite: CFK había anunciado anticipadamente que no asistiría y en las últimas horas del miércoles se confirmó que Sergio Massa también declinó la invitación.
La delegación del Frente Renovador (80% bonaerense) estará integrada por el ministro de Transporte, Diego Giuliano; la presidenta de Diputados, Cecilia Moreau; la titular de AySA, Malena Galmarini; el diputado bonaerense Ruben Eslaiman y el intendente Juan Andreotti.
En principio, Massa iba a participar de la mesa, pero las repercusiones del último índice de inflación lo habría hecho revisar esa posibilidad. La apuesta de Economía ahora es mostrarse en la búsqueda de soluciones antes que aparecer charlando en negociaciones políticas.
Mientras tanto, del bando kirchnerista sólo están confirmados el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro -quien protagonizó la última polémica pública con el presidente- y el ministro bonaerense Andrés “Cuervo” Larroque.
De esta forma, el único de los tres principales referentes del frente que estarán en Matheu 130 será el Jefe de Estado, quien quiere asistir a la reunión, pese a que hay quienes le recomiendan que no lo haga para no bajarse el precio al asistir a una mesa con bajísimas expectativas.
La mesa entonces tendrá una representación que no refleja la realidad concreta del peronismo que en estas horas se debate internamente no sólo por candidaturas, sino sobre todo por gestión.
Alberto Fernández, en su afán por emular las metodologías de los cuestionados gobiernos europeos, logró así imponer un modelo socialdemócrata de un institucionalismo divorciado del hecho político real. En vez de mesas de toma de decisiones, consejos consultivos amplios, mal representados y sin poder real.
Las mesas resolutivas
Contrastando en formato, extensión y capacidad resolutiva, un día antes de la reunión de la “mesa”, el diputado Máximo Kirchner (que no estará esta tarde en la sede del PJ nacional) y Larroque mantuvieron un encuentro con dirigentes sindicales que reclamaron por la candidatura presidencial de CFK.
Al encuentro con dirigentes “sin tierra” – líderes del peronismo en distritos del interior bonaerense gobernados por Juntos-, Kirchner sumó una foto junto a dirigentes sindicales.
Según explicaron voceros partidarios, entre los gremialistas y la dupla Kirchner-Larroque hubo consenso en la necesidad de mejorar los ingresos y coincidieron en complementar las paritarias con una suma fija para recuperar poder adquisitivo y equilibrar el salario, punto al que se oponen la cúpula de la CGT y el propio presidente Alberto Fernández.
Mientras tanto, el kirchnerismo prepara una masiva movilización para el 24 de marzo, fecha en la que se esperan definiciones de alto volumen político.
La procrastinación de Alberto
El Jefe de Estado sigue sumando voces críticas en su contra en la previa a la reunión de la mesa donde espera afianzar su insistencia en presentarse a la reelección.
Ahora, Carmela Moreau, hija del diputado Leopoldo Moreau, renunció a la jefatura de gabinete tras la asunción de Rossi y lanzó críticas al Gobierno. Moreau se desempeñaba ad honorem como asesora de la jefatura.
“El rumbo trazado en 2019 dista de ser el que finalmente imprimió el gobierno en estos más de 3 años de gestión”, tuiteó la ahora ex funcionaria.
Moreau le envió una carta al presidente en la que advirtió que “las grandes consecuencias de políticas fallidas sobre quienes más padecen son inadmisibles en un gobierno popular“.
“Advierto que la procrastinación en la toma de decisiones, la falta de apego al contrato electoral propuesto en 2019 y la inacción frente a la necesidad de conformar una mesa política que institucionalice nuestro frente para dejar de ser una mera coalición electoral, atentan contra el éxito de nuestro gobierno y nuestras aspiraciones a renovar el voto de confianza de la sociedad en 2023″, dijo Moreau en su carta.
https://twitter.com/CarmelaMoreau/status/1625955744557269005